6 febrero 2014. Jueves de la cuarta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

“Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean encaminadas en servicio y alabanza de su  Divina  Majestad” Pongo esta oración de San Ignacio, como cuando  comienzo la oración, lo primero de la mañana. Ahora la hago para que el Espíritu Santo me  ilumine a mí para escribir aquello que debo poner y a vosotros, cuantos me vais a leer, fuego en el corazón, como decía san Benito, que nuestra oración tiene que ser como una hoguera ardiente. No hay nada mejor.

Un fuego ardiente debían portar el grupo  encabezado por Pedro Bautista  misioneros de Japón, mártires en Nagasaki, cuya fiesta se celebra hoy. El martirio al que fueron sometidos es espeluznante. Conviene leer  vida de santos para conocer estos testimonios. No es extraño que Santa Teresa quisiera ir a tierra de moros. Los santos  tienen que ser nuestros mejores amigos y  los mártires más. Pedro Bautista era de san Esteban del Valle de la misma tierra que la Santa.

Pero la primera lectura del día nos invita a meditar en la figura de  David al narrar su muerte, hacemos un recorrido por su vida:

1º.- La elección: En el libro  primero de  Samuel narra la historia de  David, como el Señor se ha fijado en él para ungirle y hacerle  con el tiempo rey de  Israel: “Ungirás al que yo te diga” (I Sm 16,1-13) que no coincidía con el que pensaba Samuel y le tuvo que ungir, obedeciendo el mandato del Señor. Era el más pequeño que estaba guardando el ganado. Una vez más nos muestra  la  Biblia que elige a los que quiere, sin importarle su condición.

Echemos una ojeada a cómo ha sido la nuestra y nos daremos cuenta que es  inexplicable. Solo su amor y misericordia que se ha compadecido de nosotros para llamarnos.

2º.- La misión: David va ser un rey  que ha de salvar  a su pueblo y restaurar su ciudad y su templo. Se va hacer famoso venciendo a Goliat l que derrota yendo en el nombre de Llavees polifacético: buen guerrero, músico, compositor, danza delante del arca al que acompaña con salmos y música. Va tener todo lo que puede tener un rey pero,…

3º.- El pecado: Por quedarse en casa y no ir a la guerra, le viene la tentación y toma a la mujer de Urías. Cuando Natán le hace caer en la cuenta de su pecado, llora y se lamenta; se arrepiente y el salmo 50 refleja el estado de su alma. Se convierte.

4º.- La muerte: es el texto que corresponde a hoy en la lectura continuada. Se prepara para morir, hace las recomendaciones a su hijo Salomón: “Si tus hijos saben comportarse, caminando en mi presencia-dice el Señor- con todo le corazón y toda el alma no te faltará un descendiente en el trono de Israel”. Y el texto acaba indicando con las fechas y los hechos la santidad de David.

Podemos recorrer estos cuatro puntos en la oración y “reflectir sobre mí para sacar algún provecho” y son tantos los ejemplos de este rey,  que nos tiene que llevar a cantar himnos al Señor, no delante del Arca en procesión, sino presente en el Sagrario y danzar como hacen algunas culturas y ¡qué bien! Que nos admiran cuando reciben al  Papa. Y darle gracias.

Pero a lo mejor nos quedamos con los 26 mártires del Japón, que crucificados sobre sus cruces. Eran cuatro los verdugos que empezaron a clavar sus lanzas sobre los pechos de los 26 mártires, empezando por los dos extremos de la fila de cruces fueron  atravesados sus cuerpos  por las lanzas de dos verdugos en forma de cruz. A medida que los verdugos avanzaban hacia el centro, disminuían las voces de los mártires y aumentaba el clamor de la muchedumbre. Y estuvieron  allí muchos días hasta permitirles recogerlos y enterrarlos. Allí subían a rezar hasta que se lo prohibieron. Hoy 26 cruces se levantan  sobre el monte Nishizaka que domina a ciudad de  Nagasaki. Hasta aquí los habían traído desde Kioto descalzos y maltrechos. Es un monumento de fe, un grito para ese pueblo.

Reina de los mártires, ruega por nosotros y prepáranos para entregarnos.

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