Sólo un corazón
puro, sólo un corazón lleno de Dios puede irradiar a Cristo. Sólo quien tiene,
puede dar.
Hemos de convertirnos al Dios
vivo. Un Dios que tiene vida y que nos la dona. Los hombres vivimos de la vida
de Dios porque el cristiano es EL VIVO, aquel que rebosa vida, manifestada en
la alegría, en la donación...
Cuánta falta me hace Señor,
vaciarme de mí para dejarte entrar y llenarme por completo. Déjame
vaciarme de tanto "yo" que cada día te roba sitio y no te deja ocupar
mi vida.
Hoy vengo a la oración Señor para
vaciarme del Yo, para que me inundes de Ti y así, y sólo así poder hablar de ti
a los que me rodean.
Pidamos hoy un corazón lleno de VIDA, confiados y siendo conscientes de que llevamos este tesoro en vasijas de barro.