18 febrero 2021, jueves después de Ceniza. Puntos de oración

“A Dios que concede el hablar y el escuchar le pido hablar de tal manera que el que escucha llegue a ser mejor y escuchar de tal manera que no caiga en la tristeza el que habla”

Hemos comenzado ya la Cuaresma. La primera lectura no pone el listón: elige durante este tiempo: bien o mal, vida o muerte. El camino de la Cuaresma es precisamente eso, un camino. Y este camino tiene unas características:

- Tiene su dificultad: implica negación, implica Cruz. No nos engañemos. No podemos pasarnos el camino rezongando. Miserias aceptas, negligencia combatida. No queda otra.

- El camino no lo recorremos solo: “dichoso quien pone su confianza en el Señor”. Esa es la clave del camino. La invitación de Jesús a seguirle cogiendo la cruz tiene trampa. La frase completa sería algo así como: “coge tu cruz y sígueme y si no, coge tu cruz y vete” … ¿hay vida sin cruz? Pero la invitación gozosa del Maestro es la que sabemos de Ejercicios: “para que, siguiéndome en la pena, me siga en la gloria”

- No somos voluntaristas. La cuaresma no depende de nuestros puños: no podemos asaltar el Cielo con nuestras fuerzas. Las armas de la cuaresma no es otra que la acogida del don: acogida que viene de Dios (oración), que se acoge en humildad, reconociendo nuestra flaqueza (ayuno) y que está llamado a comunicarse a los demás, porque nos salvamos y condenamos en racimo (limosna-caridad).

- Y lo más importante: La cuaresma no es un fin en sí mismo, es un camino, un camino importante, fundamental, camino de bien, de crecimiento, pero cuidado con que “los árboles no nos dejen ver el bosque”. El objetivo de la cuaresma es llegar al Misterio Pascual: muerte y Resurrección. En el Evangelio Jesús habla de cruz, habla con dureza, pero el fin es siempre el mismo: ganas la vida, resucitar, Cielo, Paraíso. También la primera letra: tierra fecunda, tierra que en otro lugar se dirá que “mana leche y miel”. No te olvides: ESTAMOS LLAMADOS A RESUCITAR, A LA PASCUA. LA MIRADA SIEMPRE EN LO ALTO

Feliz combate cristiano, que no lo ganó Cristo. Feliz oración, feliz ayuno, feliz limosna.

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