Empezamos
nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en
nuestros corazones el fuego de tu amor”.
El Evangelio
de hoy nos habla de que lo mejor es confiar en Dios, no tener miedo y de que
tenemos que ser perseverantes. Como cristianos que somos, seguro que hemos
tenido oportunidades de dar testimonio del amor de Dios en nuestra vida,
delante de personas que no conocen al Señor. Puede que esto nos dé vergüenza y
que tengamos miedo de la reacción de los demás. Jesús nos dice que confiemos
porque Dios nos enviará su Espíritu que nos sugerirá las palabras adecuadas en
ese momento. Sé perseverante, no te rindas, no te canses nunca de confiar en
Dios. Él te ilumina y envía a su Espíritu para darte palabras de vida para los
demás.
Te invito a que te encomiendes a nuestra Madre. La Virgen nos protege, alienta y ayuda en el camino de acercar a los demás al Señor.