R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
31/12/2009, Jueves Octava de Navidad
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Puntos para la oración 31 diciembre 2009
Estamos esperando, como el salmista de hoy, a que vengas pronto a regir la tierra con justicia y los pueblos con fidelidad; pero mientras esperamos, seguimos implicados en que ese reino tuyo se vaya implantando.
30/12/2009, Miércoles Octava de Navidad
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. R.
29/12/2009, Martes. Octava de Navidad
R. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Puntos para la oración 29 diciembre 2009
Concluimos nuestra oración dirigiéndonos a la Virgen María con palabras de la oración con la que el Papa finaliza su encíclica de la esperanza: "Santa María, Tú fuiste una de aquellas almas humildes que, como Simeón, esperabas el consuelo de Israel. Tú cantas en el Magnificat las promesas hechas a Abrahán y a su descendencia. Tú aceptaste la promesa de Dios cuando te dijo por el ángel que darías a luz a Aquél que es la esperanza de Israel y del mundo- en Ti se hizo carne la esperanza de la humanidad, en Ti entró el amor de Dios hecho carne en el mundo y en la historia. Tú te has inclinado ante la grandeza de esta misión y has dicho: Sí; aquí está la esclava del Señor".
28/12/2009, Lunes . Octava de Navidad. Los Santos Inocentes, mártires
Puntos para la oración 238 diciembre 2009
¿Por qué alegrarnos?
Porque el justo va ha recibir su recompensa; el pecador, el perdón y los paganos (los que no han encontrado a Dios), la vida verdadera. El cielo se abrió en la Navidad, la gracia de Dios comenzó a derramarse con abundancia sobre la tierra y la separación abismal entre el hombre y Dios se unió en Jesús.
Esta alegría fue comunicada por los Ángeles del cielo y fue recibida por los corazones sencillos de los pastores. Todos los hombres y mujeres buscadores de Dios fueron representados por los Magos de Oriente. Si Dios nos creó maravillosamente, mucho más maravillosamente nos redimió, porque al enviarnos a su Hijo único nos demostró cuánto nos ha amado y sigue amándonos.
La alegría de la Navidad la viven los cristianos desde Pedro y los Apóstoles hasta nuestros días. El cristiano que ha recibido a Cristo en su corazón, no dejar de alegrarse en la Navidad porque le recuerda las veces que ha nacido Dios en su corazón a través de la conversión, de la Confesión, de la oración, de la Eucaristía.
Sin embargo, esta alegría está constantemente amenazada. El libro del Apocalipsis nos narra cómo el dragón está esperando que dé a luz la mujer para tragarse a la criatura.
Mientras Dios alegraba los corazones de los humildes y sencillos, allá en Belén, Herodes, apenas se enteró de la noticia del Salvador por los Magos, se revolcó en su soberbia, en su envidia, y su temor de perder su reino, y no cesó de tramar su muerte y destrucción. Y cuando los Magos cambiaron el rumbo de su regreso y no le informaron, rugió como el "dragón" y con furia segó la vida de los niños en Belén. Cuántos inocentes pagaron el ataque de ira de este rey malvado. Se nos encoje el corazón de pensar en la muerte violenta de un niño, y más cuando nos fijamos en la persona que realiza este mal. Parece que el "mal" le da fuerzas superiores y, los que nos llamamos "buenos" parecemos que somos unos desvalidos, y que Dios está en ese momento lejos, ajeno a nuestros sufrimientos.
La riqueza de la Navidad no deja de ser abundante y profunda. Justamente Dios irrumpe en nuestra historia para ofrecernos su plan de salvación y redención, y lo hace no desde su trono divino, sino desde la bajeza de nuestra humanidad. Viene al mundo en lo cotidiano: sus padres viajaron para censarse por la orden imperial y buscaron posada como todo el mundo y ellos no tuvieron la suerte de encontrar una. Dios desde el primer momento quiere atraernos y no destruirnos. Todo lo asume, menos el pecado.
El hombre que hace el mal es parte de nuestra existencia, está en este mundo queriendo estropear el plan de Dios. Podríamos decir, siempre habrán Herodes opuestos a la acción salvadora de Dios, y no porque Dios lo quiera: todos tenemos la oportunidad de escuchar la voz de Dios (¿No consultó Herodes a los sabios el sentido de la Escrituras?).
Por esta razón, más tarde Jesús no cesará de recomendarnos que seamos vigilantes que estemos atentos con la oración y las buenas obras. De esta manera, en sintonía con Dios, escogeremos el bien y rechazaremos el mal y si seguimos estrechamente el camino del Evangelio, nos distanciaremos bastante del mal y no prestaremos oídos a sus insinuaciones; más bien con nuestras oraciones y sacrificios podremos hacer que muchos se conviertan y dejen sus obras malas.
27/12/2009, Domingo Octava de Navidad. La Sagrada Familia
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-52
26/12/2009, Sábado. Octava de Navidad. San Esteban Protomártir
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Puntos para la oración 26 diciembre 2009
La persecución contra Cristo y los suyos tiene muchas formas: la violencia física, atacar los derechos más elementales, campañas dirigidas para minar su fe, dificultades para educar cristianamente a sus hijos, privarles de las justas oportunidades profesionales, la persecución solapada con ironía por ridiculizar los valores cristianos, presión ambiental que amedrenta a los más débiles, calumnia y maledicencia. Más doloroso es cuando la persecución viene de los propios hermanos en la fe movidos por envidias, celotipias y faltas de rectitud de intención. Cuando estas contradicciones las sobrellevamos junto al Señor en el Sagrario adquirimos fecundidad en el apostolado, y saldremos de esas pruebas con el alma más humilde y purificada.
A pesar de todos los locos que han intentado destruir la Iglesia, a lo largo de la historia, al final (dicho con fino humor) "la Iglesia siempre asiste al funeral de sus enterradores".
"No os preocupéis"..."el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros"... esta es una promesa de Jesús que nos llena de paz, de gozo interior, de seguridad, de esperanza, de alegría. Nosotros sabemos que Dios nos da su fuerza y que no depende de nuestra virtud o de nuestra perfección. ¡Dios Espíritu Santo, ven, ilumínanos, fortalécenos, consuélanos...danos tus siete sagrados dones...danos dichoso tránsito... danos eterno gozo! Amén. Aleluya.
¡Oh Dios, que por la maternidad virginal de María entregaste a los hombres los bienes de la salvación, concédenos experimentar la intercesión materna de la que nos ha dado a tu Hijo Jesucristo, el autor de la vida! Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
25/12/2009, Viernes. Solemnidad de la Natividad del Señor
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.
Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor.
Puntos para la oración 25 diciembre 2009
2. Petición: "Conoscimiento de los engaños del mal caudillo y ayuda para dellos me guardar, y conoscimiento de la vida verdadera que muestra el sumo y verdadero capitán, hoy hecho Niño tierno, y gracia para le imitar." (cf EE.EE.. 139)
3. Puntos para orar.
Siguiendo el modo de contemplar que hemos aprendido en los ejercicios espirituales y que nos recomienda San Ignacio para las escenas de la vida de Jesús, leeremos primero despacio el relato del nacimiento:
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue." (Lc 2, 1-14)
Como nos enseña San Ignacio haremos después contemplación de lo leído:
El primer puncto es ver las personas, es a saber, ver a nuestra Señora y a Joseph (…) y al niño Jesús después de ser nascido, haciéndome yo un pobrecito y esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y sirviéndolos en sus neccessidades, como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia possible; y después reflectir en mí mismo para sacar algún provecho.
24/12/2009, Jueves, Misa matutina
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Puntos de oración 24 diciembre 2009. “Hoy vendrá el Señor y nos salvará y mañana veremos su gloria...”
23/12/2009, Miércoles de la 4ª semana de Adviento
R. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: - «¿Qué va a ser este niño?»
Puntos para la oración 23 diciembre 2009
I. Su nacimiento: (vv. 57-58)
A. Certificó el poder de Dios. Fijémonos en estos hechos:
1. Elisabet había concebido en una edad avanzada, en una edad en la que ya no se podría tener hijos…
a. Lc. 1,18: “Zacarías preguntó al ángel: –¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy muy anciano, y mi esposa también.”
b. Lc. 1,36: “También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses.”
2. Su esposo Zacarías había sido visitado por un ángel de Dios, quien le había dicho exactamente lo que ocurriría…
a. Lc. 1,11 ss.
B. Mostró su misericordia. Lo hizo de dos maneras:
1. El hecho de que Juan naciera como hijo de una promesa de Dios, demostró que Dios tenía misericordia de su pueblo, y en particular de una mujer insignificante, pero con una desesperada necesidad de descendencia.
a. Salmo 103,17: “Pero la misericordia del Señor permanece desde siempre y para siempre sobre aquellos que le temen. Su justicia no abandonará jamás a los hijos y nietos”
b. Sal 106:1 Alabad al Señor porque es tan bueno, porque es eterna su misericordia.
2. El hecho de que Dios utilizara a Juan en su plan de salvación demostró también la misericordia de Dios. Juan estaría totalmente involucrado en la preparación del pueblo para la venida del Mesías. Dios le concedió ese glorioso privilegio. Un privilegio tan grande y un llamamiento tan claro demostraba la infinita misericordia de Dios.
C. Alegró a todos los que lo conocieron.
1. El nacimiento del niño hizo que se alegraran todos aquellos que lo conocieron. Y es que la misericordia de Dios, cuando se derrama sobre una persona, necesariamente afecta o llega a otras por su medio, y esto produce siempre una gran alegría… Dios había tenido misericordia del mundo, y el nacimiento de Juan era una prueba significativa de ese anuncio y de esa realidad...
II. Su nombre: Juan (vv. 59-63)
A. Fue profético
1. Algunos parientes y vecinos querían que el niño fue llamado Zacarías. Elisabet puso objeciones al hecho y se consultó a su padre. Su padre pidió una tablilla y escribió: “Su nombre es Juan”.
2. Juan fue el nombre profético dado por el mensajero de Dios. Zacarías obedeció a Dios y dio testimonio de la profecía.
III. Sus repercusiones: (vv. 64-66)
A. Sanó a su padre.
1. “Inmediatamente se le soltó la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios…” (v.64)
a. Notemos que había quedado encerrado con sus propios pensamientos.., mudo durante nueve meses…
b. Dios lo sanó soltándole la lengua.
c. Si sus últimas palabras habían sido palabras de duda, desconfianza e incredulidad.., ahora fueron todo lo contrario, fueron palabras de alabanza, glorificación y bendiciones… ¡Estaba curado…!
B. Admiró a la gente.
1. “Todos los vecinos se llenaron de temor…” (v.65)
a. Temor aquí no significa terror o miedo, sino reverencia…
b. Significa un temor reverencial para con Dios…
c. La gente se mantuvo reverente ante los hechos, como atónitos ante lo que estaba ocurriendo…, y preguntándose qué más podía ocurrir…
d. ¡Dios estaba obrando…! ¡Su mano era evidente…!
C. Se divulgó la noticia.
1. “Estas cosas se comentaban en toda la montaña de Judea…” (v. 65)
a. Una atmósfera de misterio rodeaba al niño…
b. La gente no pudo por menos de comentar en sus conversaciones y guardar en sus corazones todas estas cosas…
c. Había algo inusual en todo lo que rodeaba a este niño…
d. Las expectativas se iban multiplicando en la medida que la noticia se iban divulgando…
D. Y creó expectativas.
1. “Y todos los que lo oían decían pensativos: ¿Qué llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él…!” (v. 66)
a. Todos esperaban a que el niño creciera, para ver lo que ocurriría…
E. Estas cuatro repercusiones deberían darse también en nuestras vidas:
1. ¡Deberíamos estar continuamente alabando a Dios..!
2. ¡Deberíamos estar admirados ante las maravillas que Dios hace en nosotros y en los que nos rodean…!
3. ¡Deberíamos proclamar estas maravillas hasta los últimos confines de la tierra…!
4. ¡Y deberíamos ser conscientes de la grandeza de nuestro destino como cristianos o consagrados en la Iglesia…!
“Y pues invocáis como Padre a aquel que sin distinción de personas juzga según el mérito de cada cual…, habéis de proceder con temor de ofenderle durante el tiempo de vuestra peregrinación, sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana conducta de vida, o vivir mundano, que recibisteis de vuestros padres, no con oro o plata, que son cosas perecederas, sino con la sangre preciosa de Cristo como de un cordero inmaculado y sin tacha, predestinado sí, ya desde antes de la creación del mundo, pero manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros” (1 Pedro 1,17-20)
22/12/2009, Martes de la 4ª semana de Adviento
Salmo responsorial 1S 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd
Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. R.
Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía. R.
El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. R.
Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 46-56
En aquel tiempo, María dijo: - «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Puntos para la oración 22 diciembre 2009
Para escuchar estas palabras que salen encendidas del corazón del profeta Isaías, tenemos que hacer silencio y permanecer en la presencia del Señor.
San Ignacio en sus Ejercicios Espirituales, nos recuerda la actitud que debemos tener al iniciar la oración de cada día: "La oración preparatoria es pedir gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad"
La liturgia de este día nos propone en el Evangelio el texto del Magníficat. Léelo detenidamente, saboréalo. Te encontrarás con las virtudes que envuelven toda la vida de María, la pobreza y la humildad, el único camino para aceptar a Dios, llenarse de Él para ser su reflejo de amor y misericordia.
Te ofrezco un breve comentario de Benedicto XVI.
Enaltece a los humildes.
"El Magníficat es un canto que revela, en filigrana, la espiritualidad de los "anawin" bíblicos, es decir, de los fieles que se reconocen pobres no sólo por el desprendimiento de toda idolatría de las riquezas y del poder, sino también desde la profunda humildad de un corazón despojado de toda tentación de orgullo, abierto a la irrupción de la salvadora gracia divina. Todo el Magnificat está, en efecto, marcado por esta situación de humildad y pobreza concretas.
El alma de esta oración es celebrar la gracia divina que ha hecho irrupción en el corazón y en la existencia de María, haciendo de ella la Madre del Señor: la alabanza, la acción de gracias, el júbilo agradecido. Pero este testimonio personal no es solitario ni intimista, puramente individualista, porque la Virgen es consciente de que tiene una misión que cumplir para la humanidad y que su historia personal está dentro de la historia de la salvación.
Por esta alabanza al Señor, la Virgen da su voz a todas las criaturas rescatadas que, en su hágase y en la persona de Jesús nacido de la Virgen María encuentran la misericordia de Dios. Es como si la voz de María se asociara a toda la comunidad de fieles que celebran las sorprendentes elecciones de Dios.
Es evidente la forma de comportarse del Señor de la historia: se pone a la fila, al lado de los últimos. Su proyecto es un proyecto a menudo escondido bajo el terreno opaco de los quehaceres humanos que ven triunfar a los soberbios, los poderosos, los ricos. Y sin embargo, su fuerza secreta está, finalmente, destinada a ser desvelada, para mostrar quienes son los verdaderamente preferidos de Dios: "los que le temen", fieles a su Palabra; los humildes, los hambrientos, Israel su siervo, es decir, la comunidad del pueblo de Dios que, como María, está constituida por aquellos que son pobres, puros y sencillos de corazón".
Petición: María, que tome conciencia de mi pequeñez y pobreza, me llene de confianza, y sea reflejo de tu hágase y estar en la Encarnación y en la Cruz.
21/12/2009, Lunes de la 4ª semana de Adviento
Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.
Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R.
El plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: - « ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
Puntos para la oración 21 diciembre 2009
- Ante todo tengo que limpiarla y ordenarla… Una visita así no puede encontrar mi alma sucia. Quizás sea pobre, pero al menos que la encuentre limpia. Comenzaré por hacer una confesión que quite el polvo que se ha acumulado en este Adviento.
- Como María he de ponerme al servicio de mis hermanos. ¿Hay algo que pueda hacer en casa? ¿puedo ayudar a mi madre? Me comprometo a hacerlo y realizarlo como lo haría María a Isabel. Así uno oración y vida.- Como Isabel acojo a la Virgen. Hoy rezaré el Rosario con una especial devoción, y lo cuidaré todos estos días de Navidad.
- Estaré atento a las indicaciones del Espíritu Santo para poder detectar la presencia del Señor en mi vida, especialmente en las personas que me cruce en estos días. Pero también en la oración.
- Cuidaré la eucaristía y asistiré a misa, a ser posible, todos los días, teniendo especial atención al momento de la acción de gracias. Como María yo también llevo a Jesús en ese momento en mi interior. Un regalo que me prepara mejor que ningún otro a vivir la Navidad.
20/12/2009, Domingo de la 4ª semana de Adviento
Así dice el Señor: «Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.»
SALMO RESPONSORIAL Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19
R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. R.
Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. R.
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 5-10
Hermanos: Cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni Victimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad."» Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito. -
Puntos para la oración 20 diciembre 2009
Último domingo del adviento, dentro de cuatro días Navidad. Qué fiesta tan hermosa, Dios que sale al encuentro del hombre. ¿Cuántos serán capaces de captar este misterio? Es ésta la diferencia con las otras grandes religiones, que Dios se hace tan semejante a nosotros, que se hace uno más. Que yo puedo tratar con Él de tú a Tú.
Como nos dice el Evangelio de hoy, salgamos como María a anunciar a Cristo a los hombres. Llevemos la alegría de la Navidad a nuestros ambientes. Nuestros amigos lo necesitan, aunque no nos lo pidan directamente. ¿Cómo hacerlo?, muy sencillo, siguiendo el ejemplo de Jesús que nos dice san Pablo, buscando hacer la voluntad de Dios. No con bellos discursos, que tampoco está de más, sino sobre todo con una vida ejemplar, que busca agradar a Dios y que así es capaz de transmitir de una manera natural el misterio de la Navidad: Dios en el corazón del hombre, cada corazón un pesebre preparado para ser ocupado por Dios niño y su ternura y amor.
Si confiamos, las manos de María depositarán a Jesús en nuestros corazones en esta Navidad.
19/12/2009, Sábado de la 3ª semana de Adviento
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: - «Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos.» La mujer fue a decirle a su marido: -«Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte.» La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.
Salmo responsorial Sal 70, 3-4a. 5-6ab. 16-17
R. Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria.
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.
Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: - «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacía los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.» Zacarías replicó al ángel: - «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.» El ángel le contestó: - «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento.» El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su ser-vicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: - «Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.»
Puntos para la oración 19 diciembre 2009
Estamos a las puertas de la Navidad y vemos en las lecturas del día cómo se manifiesta la GRATUIDAD de Dios y su OMNIPOTENCIA.
Dos hijos "regalo de Dios". Juan Bautista es el último de una larga lista bíblica de hijos "regalo" a mujeres que llegan a ser madres a pesar de una imposible maternidad, debido a su esterilidad o ancianidad: Sara, esposa de Abrahán y madre de Isaac; Ana, la madre del profeta Samuel; la esposa de Manóaj y madre de Sansón.
En ambos casos se trata de mujeres estériles, con el agravante de la edad en Isabel, esposa del sacerdote judío Zacarías; y en ambos casos el ángel del Señor anuncia el nacimiento de sendos hijos que estarán consagrados a Dios porque son del cielo.
Dios va siempre mucho más allá de la expectativas humanas, y lo hace cuando ya no vemos ningún horizonte abierto. Esto nos invita a una confianza ilimitada, a pesar de las contrariedades, dificultades y oscuridades. ¡Dios es y basta!
Dios rompe los esquemas habituales para realizar el plan salvador. Además se sirve de criaturas humanamente descartadas. Dios es totalmente otro, desconcertante con frecuencia, imprevisible a veces, pero siempre el que ama al hombre.
Dos consideraciones que nos ayudan a ver y a responder:
- Zacarías quiere "garantías ante la promesa de Dios: ¿cómo será eso? porque soy viejo y mi mujer de edad avanzada.
- Contrasta con la absoluta confianza y disponibilidad de María. Ella responde con un sí incondicional: "Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"
Que nosotros, siguiendo el ejemplo de la Virgen Madre, respondamos también con prontitud y generosidad a las propuestas del Señor, que nos desbordan, pero nos configuran con Él. Y estas propuestas se dan todos los días en las cosas cotidianas. Aumentemos la fe y crezcamos en el amor.
¡Feliz Navidad!
18/12/2009, Viernes de la 3ª semana de Adviento
R. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente
Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida e los pobres. R.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas; bendito por siempre su nombre glorioso; que su gloria llene la tierra. ¡Amén, amén! R.
Lectura del santo evangelio según San Mateo 1, 18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: - «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta. «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Puntos para la oración 18 diciembre 2009
Hoy en la Iglesia celebramos la fiesta de Nuestra Señora de la O. Ponernos junto a Ella para que nos llene de su esperanza, de que ese Niño que viene colmará todas nuestra esperanzas e ilusiones. Que nos ayude a preparar nuestro corazón como lo prepara Ella para que podamos acogerlo como lo acogió Ella y así poderlo entregar a los demás como nos lo entrega Ella cada día a cada uno de sus hijos.
17/12/2009, Jueves de la 3ª semana de Adviento
R .Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente
Puntos para la oración 17 diciembre 2009
Si para nosotros todo es ganancia, como nos dice San Pablo, tenemos que ser los más alegres, lo tenemos todo. El ciento por uno y la vida eterna.
16/12/2009, Miércoles de la 3ª semana de Adviento
Lectura del libro de Isaías
«Yo soy el Señor, y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra, y brote la salvación, y con ella germine la justicia; el Señor, lo he creado.» Así dice el Señor, creador del cielo -él es Dios-, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: «Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: "Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua"; dirán: "Sólo el Señor tiene la justicia y el poder" A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.»
Salmo responsorial Sal 84
R. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al justo.
Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia, nuestra tierra dará su fruto la justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R.
EVANGELIO
Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: -«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?» Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: -«Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"» Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: -«Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.»
Puntos para la oración 16 diciembre 2009
ORAMOS…
La liturgia en este Adviento nos propone un grito, una petición, que acoge la primera lectura y retoma el salmo: ‘Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al justo’. Una petición que hemos hecho nuestra y nos ha guiado todo el Adviento, comenzando cada mañana en forma de canto en todos los hogares de los Cruzados. ‘Cielos lloved vuestra justicia, ábrete tierra, haz germinar al Salvador’. Hoy podemos hacer nuestra oración con esa frase, en un esquema de repetición, saboreando las palabras, tal como nos sugería San Ignacio.
Nos podemos imaginar a María, con los pobres de Yahvé, los anawyn, en este tiempo de espera recitando estas mismas palabras para que el Mesías llegase ya a la Tierra. ¿Rezaremos con la misma fuerza nosotros para que Dios vuelva de nuevo a nuestra tierra?
- ‘Cielos, sabemos que la salvación nos viene de lo alto, nuestro grito se dirige al cielo, de donde sabemos que nos vendrá el Salvador. Un cielo que se nos muestra grandioso, nos sobrepasa, distante, no podemos alcanzarlo por nuestra fuerza; y a la vez lo sabemos cercano, pues en él está nuestro Dios y Padre. Cielos que añoramos, que aspiramos, que anhelamos. Cielos que retienen nuestra salvación …
- lloved, empapad, nuestra tierra, traednos la vida. Lluvia que vivifica la tierra reseca, que limpia el aire, que nos trae el agua, que apaga la sed. Lluvia que va calando poco a poco, como el Espíritu, llenando nuestra alma.
- vuestra justicia, vuestra santidad, la propia vida de Dios, a Dios mismo que se nos regala. Nuestra alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Más que la tierra reseca tiene necesidad de lluvia, todo nuestro ser clama por la presencia de Dios. El Dios que habita en el cielo, la santidad, la vida de la gracia, que clamamos para que habite en nosotros, en nuestra tierra.
- ábrete tierra, ábrete corazón mío, alma mía, deja que entre hasta lo más profundo de tus entrañas la semilla de la vida. Y ábrete tierra, ábrete España a esa vida que te puede dar la salvación. Y ábrete Iglesia, acoge de nuevo y da a luz al Verbo de la Vida. Yo quiero abrirte mi alma, mi ser, mi pequeñez, mi tierra resquebrajada por el frío y la sequedad, para que puedas entrar, Señor, hasta lo más íntimo de mi vida.
- haz germinar, haz crecer, haz madurar, una vida que nace de mi tierra muerta. Una semilla que despunta en tallo, que saca sus primeras hojas, que crece poco a poco. Una vida que tiene fuerza en sí misma, que no he de hacer nada más que cultivarla, que dejarla ser. Y siento y veo que la vida brota en mí, con una fuerza inusitada, la fuerza de Dios, del Dios vivo.
- al Salvador’. A Cristo Jesús, al Señor, a mi Dios, al niño del pesebre, al Hijo del Padre, al hijo de María, al hijo del carpintero, a mi amor, mi todo, mi vida… mi salvador.
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