Al empezar la oración ponerse en la presencia de Dios; caer en la cuenta donde estoy y ante quien estoy, pedir que este encuentro con Él sólo sea, como todo este día, ordenado en servicio y alabanza de Dios.
El Señor está cerca y nos visitará. Estamos a 6 días para vivir el gran acontecimiento de la historia de la humanidad. Si miramos a las personas que nos rodean se tiene la impresión de que esta visita es de cortesía, sin ninguna trascendencia.
Llevamos cuatro semanas preparando esta visita y la llegada parece que ya es inminente por eso la Iglesia nos anima a prepararnos para que no pase desapercibido este encuentro con Dios que nuevamente se hace hombre para mí.
La vida de la persona se asemeja a esta espera del adviento cristiano, discurre con altibajos, luces y sombras, gozo y dolor y cuando nos queramos dar cuenta Jesús el Señor vendrá, se nos aparecerá y ¿Cuál será mi reacción?
Parece un contrasentido en este tiempo cercano ya a la Navidad hablar del encuentro definitivo. Si tuviéramos fe como un grano de mostaza este sería sin duda el fundamento donde voy construyendo mi vida cristiana, con sus alegrías y sufrimientos, con sus miedos y certezas. El Señor nos vuelve a decir: “convertíos porque el Reino de los cielos está cerca”.
El Señor vendrá un día definitivamente y estas venidas que cada año conmemoramos nos deben ir preparando para la venida definitiva donde los veremos tal cual Él es y la Navidad será eterna, no temporal.
El motivo de la desesperanza del mundo que nos rodea y por tanto la nuestra se debe a la debilidad en la creencia de que cada uno de nosotros tiene un Padre-Dios providente y que este acontecimiento que nos preparamos a vivir será un día definitivo donde no habrá llanto ni dolor
Hoy en la Iglesia celebramos la fiesta de Nuestra Señora de la O. Ponernos junto a Ella para que nos llene de su esperanza, de que ese Niño que viene colmará todas nuestra esperanzas e ilusiones. Que nos ayude a preparar nuestro corazón como lo prepara Ella para que podamos acogerlo como lo acogió Ella y así poderlo entregar a los demás como nos lo entrega Ella cada día a cada uno de sus hijos.
Hoy en la Iglesia celebramos la fiesta de Nuestra Señora de la O. Ponernos junto a Ella para que nos llene de su esperanza, de que ese Niño que viene colmará todas nuestra esperanzas e ilusiones. Que nos ayude a preparar nuestro corazón como lo prepara Ella para que podamos acogerlo como lo acogió Ella y así poderlo entregar a los demás como nos lo entrega Ella cada día a cada uno de sus hijos.
Madre, cada uno de tus hijos queremos estar expectantes como Tú lo estás para que se cumpla su Palabra en cada unos de nuestros hermanos que está tan necesitados de su venida.