1. Oración preparatoria: Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad. (EE.EE. 46)
2. Petición: "Conoscimiento de los engaños del mal caudillo y ayuda para dellos me guardar, y conoscimiento de la vida verdadera que muestra el sumo y verdadero capitán, hoy hecho Niño tierno, y gracia para le imitar." (cf EE.EE.. 139)
3. Puntos para orar.
Siguiendo el modo de contemplar que hemos aprendido en los ejercicios espirituales y que nos recomienda San Ignacio para las escenas de la vida de Jesús, leeremos primero despacio el relato del nacimiento:
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue." (Lc 2, 1-14)
Como nos enseña San Ignacio haremos después contemplación de lo leído:
El primer puncto es ver las personas, es a saber, ver a nuestra Señora y a Joseph (…) y al niño Jesús después de ser nascido, haciéndome yo un pobrecito y esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y sirviéndolos en sus neccessidades, como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia possible; y después reflectir en mí mismo para sacar algún provecho.
El 2º puncto: mirar, advertir y contemplar lo que hablan; y reflexionando en mí mismo, sacar algún provecho.
El 3º puncto: mirar y considerar lo que hacen, así como es el caminar y trabajar, para que el Señor sea nascido en summa pobreza, y a cabo de tantos trabajos, de hambre, de sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas, para morir en cruz; y todo esto por mí; después reflitiendo sacar algún provecho spiritual. (EE.EE. 114 – 116)
4. Unos minutos antes del final de la oración: Avemaría a la Virgen e invocación: "Santa María, enamórame de tu Hijo que nace en Belén, pequeño, y lleno de ternura, para salvarme de mis pecados".
5. Examen de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias al hacer la oración, pedir perdón y proponer enmienda.
* Nota: las siglas "EE.EE," remiten al libro de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola y al número que se indica.