Puntos para la oración 28 mayo 2009.

Cuidemos en nuestra oración comenzar poniéndonos en la presencia de Dios, hacer el ofrecimiento del día y rezar en este tiempo de pascua el Regina.

“Cuando oréis decid Padre”.

Hemos ido meditando en esta semana el capitulo 17 del evangelio según san Juan. Jesús se dirige al Padre. Cuando enseñó a sus discípulos a orar les dijo «cuando oréis decid: ¡Padre…!».

En una ocasión dijo Jesús: «voy a mi Padre y vuestro Padre», enfatiza así que su Padre es nuestro Padre, por eso nuestra oración debe ser la oración de los hijos. Oración llena de confianza, oración en unión con Jesucristo en quien se basa nuestra confianza (nos atrevemos a decir Padre).

Nuestra oración es al ritmo de la liturgia. Hemos vivido el domingo pasado la solemnidad de la Ascensión del Señor. Se me ocurre que la Ascensión va seguida de una oración intensa: «perseveraban unánimes en la oración con María, la madre de Jesús» y unida a esa oración eclesial la oración de Jesús ante el Padre donde vive para siempre intercediendo por nosotros. La liturgia nos presenta esta oración de Jesús

Sintamos que intercede por nosotros Jesucristo: «ruego también por los que crean en mí por la palabra de ellos». Su petición es de comunión entre todos los cristianos: «que sean uno». Esta unidad es reflejo de la unidad entre el Padre y el Hijo, unidad de amor. Y siendo el amor difusivo de sí, no se encierra en si mismo sino que busca que todos puedan creer: «para que el mundo crea».

Entremos en estos días en el Cenáculo de Jerusalén y supliquemos con María la venida del Espíritu Santo. María es la madre de la unidad y el Espíritu Santo es el artífice de la unidad; ponen en nosotros lo que Jesús ha pedido.

¡Ven Espíritu Santo! ¡Madre de la unidad, une a todos los que creen en Jesús para que el mundo crea!

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