La parábola del evangelio de hoy es de las más bellas. Al toque se nos ocurre a todos que no somos sacerdotes (extraña ocurrencia la de Jesús de meterlos en esta parábola) y queremos ser el buen samaritano, aunque en realidad no nos damos mucha cuenta de que él tuvo que poner su tiempo y su dinero, además de algún otro riesgo que siempre acarea el meterse en camisa de once varas. Todo muy bonito, yo soy de los buenos… ¿Seguro que eres de los buenos? ¿Cuántas veces en tu vida has perdido tiempo y dinero para ayudar a otro?
Pero quería sugerirte otro método de oración más íntimo y espiritual. Sabes que el dedicarse a hablar y razonar, está bien y muchas veces no hay mas remedio que empezar por aquí, pero en el rato de oración se pueden hacer mejores cosas. Dicen que pensar es algo, pedir mucho y amar es el todo. En todo caso yo planteo la oración de la siguiente manera. Leemos las primeras frases sobre en qué consiste en ser Cristiano: Amar al Señor mi Dios con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente, con todas mis fuerzas. Nos quedamos sumergidos en tanta radicalidad (que abarca también a los casados. Seguro que el doctor de la ley del evangelio era casado. Además la vocación matrimonial no es de segunda categoría. Todos estamos llamados a la santidad que es eso del “todo mi”…) y simplemente las vamos repitiendo poco a poco: “Amar al Señor mi Dios con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente, con todas mis fuerzas”, “Amar al Señor mi Dios con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente, con todas mis fuerzas” y ahí te quedas, esperando que se te grabe en la mente y en el deseo. Con paz. En forma de canción si se te ocurre la tonadilla, acompasándolo a la respiración…
Si te aburres miras a María y la pides que te lo alcance de su Hijo.
Puedes hacer más cosas, pensar en como lo vivió Jesús, cómo lo vivió la Virgen o alguno de los apóstoles. Cómo lo has vivido tú… pero lo mejor es dejar la mente en blanco con esa musiquilla interior
Hace muy poquito tiempo que fue el aniversario del fallecimiento del Padre ¿conoces algo de cómo lo vivió él? ¿Le puedes pedir algo?
Pide por los problemas de la cruzada para que se resuelvan según el Corazón de Jesús.