Aquella multitud que había presenciado el milagro de la multiplicación de los panes, se encuentra desconcertada… ¿Dónde está el Maestro…?
Constatan el hecho, de que allí solo había habido una barca, y que Jesús no había sido visto subiendo a ella en compañía de sus discípulos…, a los que sí habían visto partir…
Buscan al Señor y no lo encuentran…
Llegan nuevas embarcaciones, que habrían estado faenando en el lago, y decide un buen grupo de ellos el atravesar las aguas y llegar a Cafarnaúm…
¡Cuál no sería su sorpresa, cuando se encuentran con Jesús en la otra orilla…!
La pregunta inmediata que se les escapa es: “Maestro.., ¿cuándo has venido aquí…?”
Jesús no aplaca su curiosidad, pero si se pone a enseñarles de inmediato y a revelar lo más profundo de sus corazones… Como siempre.., algunos preguntan, y la mayoría guarda un silencio expectante y admirativo…
Quedémonos con la primera frase del Maestro y tratemos de profundizar en ella con la luz del Espíritu Santo:
1. «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.
a. Aquellas personas buscaban a Jesús, porque creían que Jesús era la respuesta a sus necesidades. Así que hicieron lo que podían hacer: buscarlo.
b. Aquellas personas se sienten cuestionados por la ausencia de Jesús. Si el Mesías debía darles maná del cielo, para satisfacer sus necesidades, así como lo había hecho Moisés en el desierto.., no podían entender por qué Jesús los abandonaba si era el Mesías…
c. Aquellas personas descubren junto a Jesús, que su apetito de búsqueda no es del todo recto y puro… Jesús recalca “de cierto, de cierto os digo”
i. El hombre está interesado en lograr que se satisfagan sus necesidades…
ii. El hombre está interesado en sí mismo.., más que en reconocer y honrar a Jesús como el Señor…
d. Aquellas personas deberían interesarse en el Mesías por ser quien es El.., y no por lo que pueden obtener de El…
i. El Señor no es una herramienta a utilizar…
ii. El es una Persona que debe ser buscada y amada por sí misma…
e. El es una Persona que debe ser buscada y amada. La multitud debería haber visto, que un milagro como la multiplicación de los panes, solo podría haberlo hecho el Hijo de Dios… Por lo tanto, viendo y estando frente al Hijo de Dios, deberían haberse postrado frente a El con toda humildad. Tendrían que haberse humillado…
i. Para reconocer que Él era el Hijo de Dios…
ii. Para adorar y alabarlo por ser quien era…
iii. Para ofrecer sus personas a Él, todo lo que eran y poseían…
2. La consecuencia de la oración de hoy debería ser clara: Debemos “trabajar no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna.” Preguntémonos en que nos afanamos y en qué gastamos nuestras fuerzas cada día…
