Esposo de la Virgen, custodio del Señor, llévanos a María y, por María, a Dios
Con esta frase del P. Morales nos adentramos de lleno en la oración de este día.
En medio de la Cuaresma, La Iglesia nos propone la veneración del esposo de María y padre de Jesús.
Santa Teresa de Jesús nos invita a tenerle por patrono en nuestra vida de oración.
Propongo como primera consideración para este día adentrarnos en la vida oculta de Nazaret, pues ahí es donde José desarrolló por más tiempo su tarea de padre, maestro, artesano, modelo….respecto de su hijo Jesús.
Si de verdad queremos conocer a Jesucristo en profundidad, hemos de acercarnos a la vida cotidiana de San José, pues en Nazaret él presidía, acompañaba y vivía una vida de oración, trabajo y familia.
Muchas de las actuaciones y gestos que observamos en la vida pública de Jesús están captadas en esos largos años que pasa junto a María y José en el pequeño pueblo de Nazaret.
José le enseña la obediencia, la abnegación, la perseverancia en el monótono trabajo de cada día. ¡Cuántas enseñanzas de un padre con su hijo a lo largo de los años claves de la educación! “Jesús crecía en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres”
Sobre todo le enseña a dirigirse a Dios en los momentos más importantes del día, recordando las misericordias del Señor con el pueblo de Israel.
Solamente con colocarnos en la presencia cercana de José entramos en el mundo de la contemplación y del conocimiento de Jesucristo, que es donde nos tiene que ir llevando la oración de cada día.
Una segunda consideración está relacionada con el Día del Seminario.
Jesús, el único y sumo sacerdote, fue moldeado por su padre José. A su lado se forja el sacerdote de la nueva alianza.
José desempeña, desde su sencillez, un papel crucial en el camino escogido por Dios para salvar a los hombres. Hacía falta un hombre cabal, justo y responsable. Equilibrado y sensato. Humilde y sin pretensiones. Fuerte en las contradicciones. Sin otro plan que el servicio a lo que Dios le pedía.
Esto es lo que tenemos que pedir hoy al Señor para los que ha llamado al sacerdocio, a la vez que suplicamos aumente el número de vocaciones.
Que San José nos introduzca en la relación más profunda con Jesús, tengámosle por nuestro maestro de oración y pidámosle que acompañe todas la vocaciones consagradas, en particular la de los sacerdotes.