7 marzo 2012. Miércoles de la segunda semana de Cuaresma – Puntos de oración

Festividad de Santa Perpetua y Felicidad

El padre de Perpetua que era pagano, intentaba convencer a su hija para que se sacrificara a los ídolos. “Hija mía, ten compasión de mis cabellos blancos, acuérdate que has sido siempre mi preferida. Piensa en tu madre, en tus hermanos, en tu tía, en tu niño pequeño, tu tesoro, que no podrá vivir sin tus cuidados”. Estas palabras taladraban las entrañas de Perpetua. Pero, con temple inconcebible para el que no tenga fe, le tranquilizaba a su padre diciéndole que no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino a Dios. Tomando un vaso en la mano, le pregunta: “¿Puedes darle a este vaso otro nombre que el que tiene? Pues yo tampoco puedo llamarme más que cristiana”.

Nos dice el Salmo: Sálvame, Señor, por tu misericordia

Señor confío en ti.

Qué bonito el evangelio: ¿Seréis capaces de beber el cáliz que yo he de beber?

Termina el evangelio: No he venido para ser servido sino para servir. ¡Qué bonito! Servir es mucho mejor que nos sirvan. El ejemplo de las madres. ¡Qué felices!

Pregúntale a Jesús: ¿Te gusta como te voy sirviendo en la vida?

Te brindo esos pensamientos que al calor de la oración Jesús me ha inspirado.

La oración es un camino de gracia. “Camino real para el cielo” (Sta. Teresa)

“En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol” (Juan Mª Viannaey)

Durante los cuarenta días que dura, quiere la Iglesia que nos acerquemos más a los misterios de la Semana Santa: la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús. Te brindo que medites el nombre.

  • C eniza: Al imponernos la ceniza, el sacerdote hace la señal de la cruz sobre nuestras frentes y nos repite las palabras que Jesús pronunció al comenzar su vida pública.”Convertíos y creed en el evangelio”
  • U nidad: Que todos seamos uno como Tú, Padre, eres uno. Un mismo querer, un mismo sentir, en el hacer, en el obrar.
  • A legría. Es un misionero invisible que predica a Dios con la sonrisa, haciéndolo amar sin querer. Eterno sembrador de alegría, el cristiano sabe encontrarla en todas partes y la esparce por doquier.
  • R eflexión. La reflexión nos hace libres en un mundo esclavizado por las modernas técnicas de difusión de pensamiento. La reflexión es el mejor aprendizaje para llegar a ser excelente en tu profesión.
  • E ucaristía. Inmolándonos en la Misa con y en Jesús, participamos de su divinidad, dejamos de vivir cada uno nuestra vida propia para vivir todos la de Jesús. Nos hacemos familia con Él. Cuando comes, transformas en ti el alimento. Cuando comulgas, Él te transforma.
  • S oledad y Silencio: Jesús estuvo solo y en silencio. Sin clima de recogimiento interior y exterior, no germina el pensamiento fecundo. Solo en la noche del silencio podemos buscar hondo, calmar el oleaje nervioso de nuestros sentidos agotados, crear y crearnos.
  • M aría: La Madre de Jesús no espera de cada cristiano más que una cosa: que vaya Ella con alma de hijo. En el Corazón de la Madre, y sólo en él, aprenderás dos cosas: a llenarte de Jesucristo y a rebosarlo a los demás
  • A mor. Solo amando en cada instante, podéis salvar a esa cantidad de almas cuya eternidad depende de vosotros. Piénsese que el único camino para que el Amor, Dios, se apodere del mundo, es enseñar a todos a saber sufrir y amar, viviendo para los demás.

Si vivimos así la Cuaresma con buena disposición, se quemarán nuestras infidelidades, debemos procurar ser como la luz, el fuego y la ceniza. Luz para los demás; fuego de amor y caridad con todos; y ceniza de humildad para reconocernos pecadores. Si aceptamos esta disposición, de nuestra alma brotarán sentimientos de amor y daremos frutos verdaderos

¿Como va este tiempo de Cuaresma? ¿Cómo la vivo? María, ayúdame a descubrirlo en este tiempo.

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