20 septiembre 2013. Viernes de la XXIV semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

“Venid, adoremos al Señor, Rey de los mártires”.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…Así, de esta manera queremos iniciar nuestro rato de oración, escuchando la llamada, nos ponemos en marcha, para “alabar, bendecir y servir a Dios”, en palabras de san Ignacio de Loyola.

Hoy, en este viernes ya terminando la semana, quizás un poco cansados, por el trabajo y ocupaciones acumuladas en estos días, nos ponemos a la escucha.

¿Qué me quiere decir el Señor  en este texto breve del Evangelio de hoy?

  • Jesús se pone en Marcha
  • Predica
  • Y le siguen

Jesús, antes de predicar, se pone en marcha y arrastra a los más cercanos; a los Doce, que llegarán a ser apóstoles. También le siguen algunas mujeres que dejarán una huella importante en el Evangelio. Algunas de ellas le acompañan y ayudan, con su presencia, con sus bienes y servicio. El amor lo manifiestan especialmente en ayudar y servir, más  en las obras que en las palabras.

¿Por qué a veces  no le sigo o me quedo rezagado? ¿Acaso todavía no me he encontrado con la mirada de Jesús? Pidamos ayuda a María  a lo largo de todo este mes de septiembre lleno de fiestas marianas

Bueno, pues aunque no le sienta muy cercano, le quiero seguir y si soy constante, le veré que viene a mi encuentro.

¿Qué es lo que predica Jesús, “cuando va de ciudad en ciudad  y de pueblo en pueblo”? Lo mismo  que ha ido realizando desde que salió de Nazaret a la vida pública, predica el Reino de Dios. Él  hace presente el Reino de Dios, porque El es el Reino de Dios. Con obras y palabras. La Palabra del Señor  realiza lo que dice: cura de malos espíritus y enfermedades.

Jesús no espera a que los enfermos vayan a buscarle, es Él quien se acerca a curarles de todas sus enfermedades.  A veces olvido que en cuanto me pongo en camino, en marcha para que me cure de mis enfermedades, se hace presente en mi vida llenándola de sentido, tanto en el gozo como en las pruebas…

¿Por qué seguimos a Jesús? Porque solamente en Él encontramos “la salvación, vida y resurrección”. No nos ha elegido porque seamos buenos, sino porque somos pobres y llenos de miserias. Él tiene debilidad con los pequeños. Cuanto más me pe, más se fija en mí.

Hoy es un día muy especial, el único que tengo que vivir, como si fuera el último de mi vida, entregando todas mis energías para hacer el bien  abandonándome en las manos de Dios.

Santa María de Nazaret. Enséñame a vivir el momento presente.

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