Me incorporo este año con ilusión a enviar los puntos de oración para los militantes.
Las ideas que os quiero comunicar me están rondando desde finales del verano y creo que nos sirven para comenzar el curso.
Supongo que muchos las podéis conocer pero quizá lo que haga falta es vivirlas.
Surgieron de una lectura, no me acuerdo de qué libro, pero era a raíz de un comentario sobre el ateísmo. Yo en esos momentos disfrutaba de mis vacaciones en plena naturaleza, después de haber subido al Circo de Gredos y creo me ayudo a entenderlas. Comentaba el autor que para un ateo era muy difícil, después de contemplar una puesta de Sol maravillarse o dar gracias a alguien por lo que había contemplado. Yo nunca lo había pensado, porque normalmente estoy acostumbrado a dar gracias a Dios en estos casos, pero es verdad ¿a quién puede dar gracias un ateo?, a la madre naturaleza, a las leyes físicas de la óptica…
Me llevaba a pensar que esto también condiciona la personalidad o el carácter. Cuando uno se acostumbra a vivir agradeciendo las cosas que tiene o todo lo que le ocurre (la vida, la familia, la amistad, la relación íntima con Dios, la eucaristía…, todo lo que queráis) su forma de ser y de comportarse cambia. Se vuelve más agradecido, amable, bondadoso, cariñoso…y esto le hace vivir más feliz. Cuando alguien valora algo bueno que le ocurre y lo vive, ese día vive de otra manera. Sonríe a la gente, está más dispuesto a ayudar, a perdonar… Por ejemplo muchos hemos aprobado algunos exámenes en setiembre, y como lo hemos agradecido y como nos ha cambiado el carácter.
De ahí que lo que yo os proponga para mañana y para todo el año es vivir en actitud de agradecimiento. A veces parece y eso que somos cristianos que vivimos más en actitud de queja o crítica, de ahí que parece que tenemos la cara avinagrada.
Tenemos muchas cosas por las cuales dar gracias. Lo primero es reconocerlas.
Repasa mañana en la oración todo lo que se te ha dado y compártelo con Quién te lo ha dado. Dale gracias, da gracias a todos los que hacen algo por ti, da gracias que tú puedas hacer algo por los demás porque les ayudarás a ser agradecidos.
También puede ser un testimonio o un incentivo para todos aquellos que no creen. Cuando tantas veces se oye por la calle: gracias a Dios, gracias Dios mío, es un milagro lo que me ha ocurrido…Uno que está cerca además de participar del gozo del otro, le lleva a pensar que puede que haya algo más.
Cuando uno vive alegre y contento porque se da cuenta que todo es gracia, es el mayor testimonio para los otros de que puede haber algo más y además la alegría es contagiosa.
Propongámonos para este nuevo curso que comienza vivir en una actitud de agradecimiento, no cansarnos de estar dando gracias a Dios y comprobaremos que cambiamos nosotros y los de nuestro alrededor.