7 septiembre 2013. Sábado de la XXII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Hoy es sábado, día de la semana en el que recordamos y veneramos de manera especial a la Virgen Santa María.

Estamos en uno de los meses del año donde hay más fiestas de la Virgen. Mañana es la NATIVIDAD DE MARÍA.

Hay muchos pueblos y ciudades en España que se celebre esta fiesta en las diferentes advocaciones, La Virgen de Covadonga, la Virgen de Guadalupe… en 14 ciudades españolas se celebra  la fiesta la Virgen.

Desde la víspera nos debemos preparar para celebrar esta fiesta.

Seguramente recordamos esta oración que se recita al finalizar el Rosario:

“Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos,
Gocemos siempre de salud de alma y cuerpo,
Y por la intercesión  de Santa María Virgen,
Líbranos de las tristezas de este mundo
Y concédenos las alegrías del cielo.
Por nuestro señor Jesucristo”.

No sé si hay otra oración en la que se ponga de manifiesto las razones más importantes e importantes por las hemos de pedir ayuda a la Virgen María. En la tierra le pedimos la salud del alma y cuerpo con la finalidad de librarnos de las tristezas y pruebas  con las que nos tenemos que enfrentar cada día. Y para el cielo, que nos colme de la alegría con la que goza Ella y todos los que han vivido en la tierra las bienaventuranzas.

Es una oración de petición al Señor por medio de María.

¿Nos hemos fijado en lo que pedimos? Sí, somos siervos, pequeños, criaturas, llenos de necesidades. Es necesario sentirnos lo que somos, pequeños, muy pequeños. Estamos rodeados de limitaciones y miserias. Así le damos la posibilidad de que Dios nos ame, porque Él es padre lleno de misericordia. Por lo menos no nos falta nuestra  materia  prima; las miserias, el pecado, la falta de salud, la tristeza. Pero sabemos a quién se lo pedimos y tomamos como intercesora a María.

  1. Te pedimos salud de alma y cuerpo. ¡Casi nada! Es más importante la salud del ama que la del cuerpo. Por mucho que cuidemos el cuerpo  tiene fecha de caducidad, pero el alma  ha sido creada por Dios y vivirá para siempre, en alegría pletórica o en tristeza sin límites.
  2. Sabemos que María nunca falla. Y como  nos recuerda Abelardo  recordando su conversión… “Tenía yo 21 años y la Virgen me salió al encuentro”. Hoy es un buen día, sábado, para dejarme encontrar. Para ponerme en disposición de niño, “nacer de nuevo”.
  3. “Líbranos de las tristezas de este mundo”. Donde hay tristeza, normalmente, Dios está ausente. Tengo que esforzarme en vivir alegre. ¡Cuántas personas con las que me cruzo por la calle, o están  cercanas a mí, viven  tristes! ¿Te has fijado en su mirada? Encomiéndalos a María, es la causa de nuestra alegría. Por tanto, me concederá las alegrías del cielo.
  4. Santa María, patrona de tantos pueblos y ciudades de España, protege a todas y cada una de las personas que vivimos en la tierra de María.

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