Mi primer momento para hacer estos minutos de oración personal con el Señor es ponerme en su presencia y hacer el ofrecimiento de todas las obras de este día. Siguiendo a san Ignacio de Loyola, nos pide que al momento de iniciar nuestra oración lo hagamos así: “Es pedir gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad”.
· Y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas».
Somos sus siervos, que estamos dispuestos a hacer cualquier cosa que nos pida, buscamos momentos, circunstancias en las que poder agradarle. Todo para que confíe en nosotros y nos de aquello que pedimos.
· Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–.
En esta búsqueda de ser sus siervos, Dios nos lo indica con mucha más fuerza; desde el vientre fuimos sus siervos para no estar encerrados en nosotros mismos y que pensemos más como pueblo, para reunirnos en nuestra historia, nuestro pasado, volviendo a tener el comportamiento de nuestros hermanos, los primeros cristianos.
· Entonces Jesús le dijo: «Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.»
Fue como un mandato, como todo aquello que nos pide Dios en momentos difíciles y no nos atrevemos a darle por miedo, al qué dirán. Nosotros debemos obedecer como siervos que somos, sin ninguna queja, pero siempre adivinando qué quiere decir y cómo debemos hacerlo.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería.
· Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.»
Cuánto deseamos estar con Jesús, como está Pedro, como están tantos Santos, pero para ello nos pide que seamos sus siervos; dejémonos hacer por Él, dejándonos ayudar, y haciendo aquello que nos pide. Que con ese anhelo o búsqueda de estar con Él nos ayude a responder a sus decisiones.
Que con la ayuda de María nuestra madre, lleguemos a acercarnos a Jesús, a su corazón, a su amor; pidamos todo, con nuestro esfuerzo.
