Un breve texto de Isaías, centrado en la palabra de Dios. Una cualidad destacada: su eficacia: «No volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo».
Una imagen agrícola sugerente: la lluvia.
La imagen de la lluvia
- Sugiere origen y destino: el cielo.
- Sugiere su arraigo: la tierra.
- Sugiere su proceso: «Empaparla, fecundarla, hacerla germinar».
- Sugiere su provechosa finalidad: «Dar semilla al sembrador y pan para el que come».
Todos ellos son rasgos que, de la imagen, pasan a la Palabra: Viene de Dios y a Dios retorna, una vez que ha cumplido su misión.
Unos destinatarios que, «como tierra reseca, agostada y sin agua» están a la espera de ser también empapados por una lluvia abundante.
No es ajena la lluvia de la Palabra a la sequedad del corazón del hombre que ansía «ser llovida». Llegada de la Palabra a la tierra del corazón. Realización de un misterio de germinación y crecimiento.
La Palabra-lluvia, para el corazón-sequía...
Gozoso anuncio de un cabal cumplimiento.
Pues he sido creado por la Palabra, pedir ser recreado por Ella.¡Transfigurar la realidad humana!
Encontrarse con Dios y, de ese encuentro,
dar sentido a la vida desde dentro,
abrevando en su pródiga fontana.Nunca dice el Señor palabra vana.
Él dicta las partidas y el recuento.
Si de su voluntad haces tú centro,
al punto brotará tu carne sana.Creyó Abrahán, y al final de su camino
cuajó en un mar de estrellas su destino,
Pueblo de Dios..., arenas incontables...Ser en el mundo recia levadura,
acompañar a Pablo en la locura
de transmitir palabras inefables.