Desde el
domingo pasado la Iglesia ha entrado en Cenáculo con María la Madre de Jesús...
Ha entrado la Iglesia y hemos entrado nosotros con ella, pues somos Iglesia.
Esto significa que esta semana tiene que ser una semana especial.., distinta..,
si es que queremos recibir la fortaleza de lo alto, y poder salir al mundo como
hombres y mujeres renovados...
¿Qué hizo la
primera comunidad cristiana para que bajara sobre ellos el Espíritu Santo?
- Permanecieron en la ciudad.
- Se recogieron junto a María.
- Experimentaron su necesidad y pobreza.
- Intensificaron su oración.
- Y esperaron con confianza su venida.
1.
Permanecieron en la ciudad:
Jesús les
dijo: "Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa
de mi Padre; vosotros por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os
revistáis de la fuerza que viene de lo alto." (Lc. 24,49).
La ciudad es
el lugar donde Dios quiere que estemos para nuestra propia santificación, y
para la evangelización de los demás. Descubramos que es en el mundo donde Dios
nos quiere santos, y nos quiere santos para santificar el mundo...
Venzamos la
tentación del miedo y de la huida..., pues la victoria de Cristo es nuestra
victoria... Recordemos orando, cómo termina el evangelio de este día: "Os
he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis
luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo." (Jn.16,33).
2. Se
recogieron junto a María:
"Entonces
se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de
Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la
sala superior, donde se alojaban. Todos ellos perseveraban unánimes en la
oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús..." (Hch.
1,12-14).
La Madre de
Jesús es mi madre, y nunca tan madre como cuando esperamos la venida del
Espíritu Santo sobre cada uno de nosotros... Dejémosla que nos prepare, como
solo ella sabe hacerlo... Solo nos pide permanencia…
3.
Experimentaron su necesidad y su pobreza:
Pentecostés
es también hoy, aquí, y ahora..., pero no siempre experimentamos sus dones..; y
es que para que se dé su plenitud, es necesario constatar nuestro vacío...
4.
Intensificaron su oración:
¿Cómo no
orar? ¿Cómo no orar más..? ¿Cómo no orar siempre.., si es que queremos
experimentar su paz, en medio de nuestra turbación y miedo..? "La
paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se
turbe vuestro corazón ni se acobarde." (Jn. 14,27).
5. Y
esperaron con confianza su venida:
¡Cómo nos
cuesta esperar, tanto en lo humano como en lo divino..! ¡Pero que necesaria es
la espera..., cuando de Dios se trata...! ¡Solo quienes sabes esperar,
demuestran que saben amar..., y entonces Dios los colma! Esperemos con
confianza un nuevo Pentecostés 2014...