15 noviembre 2014. Sábado de la XXXII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Por favor, provéelos para el viaje como Dios se merece. Debemos prepararnos según el camino que está haciendo cada uno; si nuestra batalla está en que somos perezosos, tenemos que marcarnos unas pautas de actuación para no caer (poner un horario, no retrasar las actividades que debo hacer), en que tenemos mal genio o un carácter fuerte, debemos controlarlo con pequeños momentos de generosidad. Todo aquello que debemos corregir es un camino, es un viaje que nos debemos marcar en nosotros.
Te portas con plena lealtad en todo lo que haces por los hermanos, y eso que para ti son extraños. Ellos han hablado de tu caridad ante la comunidad de aquí. ¿Cómo es nuestro trabajo con los compañeros de trabajo que nos caen mal, no conocemos o no les atendemos correctamente?
Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. ¿Cómo es nuestra actitud ante Dios?: no le tememos, o no nos importa, o no queremos complicarnos, no estamos pendientes de lo que nos comunica (cosas para hacer bien). Estamos con el corazón pendientes de cada acción que realizamos, con temor de lo que nos suceda en el futuro, con importancia a todo lo que se refiere a la Iglesia o parroquia.
Hazme justicia frente a mi adversario. Siempre pedimos justicia con las personas que vemos, en la calle, haciendo mal las cosas… ¿Creéis que Dios debe tener la misma justicia con nosotros? Debemos aceptar que no somos jueces para decir cómo deben actuar los demás.
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?» Esta justicia que debemos recibir son las peticiones que vamos pidiendo; muchas veces se nos conceden, otras, por la misericordia, no se hacen realidad. Es que Dios nos quiere hacer un bien en otros momentos (debemos aceptar que Dios ve nuestro futuro y sabe lo que nos conviene).
San Alberto Magno
Nació por el año 1206 en Lauingen (Alemania), cerca del Danubio. Estudió en Padua y en París. Se hizo dominico.
Ejerció el profesorado con mucho éxito en varios lugares desarrollando una impresionante labor intelectual.
Ordenado obispo de Ratisbona, puso gran empeño en lograr la concordia entre sus contemporáneos, llevando a buen puerto misiones de paz. Su producción literaria es importante en el campo de la filosofía y teología y también en el de las ciencias naturales.
Murió en Colonia el año 1280.

Constancia en nuestras actividades y un gran amor con Dios en nuestra oración.

Archivo del blog