La epístola de hoy es grandiosa. Par hacer la oración he quitado algunas partes para dejar una expresión lineal, sin ramas laterales (sé que si se tratase de algo teórico estaría mal hecho, pero para la oración, vale)
Filipenses 2, 5 Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. 6 El cual, siendo de condición divina, | no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; 7 al contrario, se despojó de sí mismo | tomando la condición de esclavo, 9 Por eso Dios lo exaltó sobre todo | y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
Convendrá leerla repetidamente y pedir al Espíritu Santo luz para ver las circunstancias en las que se debe aplicar. Yo pondré alguna que me imagino:
A y B están casados. Están tratando de la educación de sus hijos y sus opiniones son distintas. A levanta la voz y dice a B: “es que no entiendes nada, pareces tonto/a” y otras frases de mayor calibre. Por supuesto que B cree que él sí que tiene la razón y no A. Además es doctor en pedagogía y no sé cuántas cosas y se siente agredido y humillado y le va a contestar. Piensa la respuesta y se acuerda: debes tener en tu interior los mismos sentimientos de Cristo que…Dios… esclavo…y se acaba el sentimiento de agredido y de humillado. Queda el de esposo/a, el de buscar la verdad y sobre todo el bien de la unidad familiar y el de los hijos, pero sin amargura. ¿Tendrá coraje para, además de esto, alegrarse de parecerse un poco más a Jesús pues las palabras objetivamente fueron ofensivas? … “tomando la condición de esclavo”. Sé de un B que en esas circunstancias, se fue a pasear y poco a poco fueron creciendo en él los sentimientos de Cristo y cuando volvió después de un buen rato, le dijo a A: supongo que en la discusión he hecho algo mal y por eso te pido perdón. Sonrieron y B preparó una taza de café para los dos. Y Dios le dio un nombre sobre A que no usó para nada, pero lo tenía o mejor todavía, lo era por dentro y a la siguiente le fue más fácil la conversión interna hacia los sentimientos del Señor.
Ahora A es el jefe y dice a B que prepare unos carteles para la Vigilia de la Inmaculada de su ciudad. B busca unos diseños, los prepara apretando el tiempo pues está un poco sobrecargado y llega todo contento: “Mira lo que he buscado” y le enseña dos carteles alternativos. – Eso no tiene nada que ver con lo que te dije. Hemos estado perdiendo el tiempo y ahora vamos bien apurados. Yo te pedí que… -Humillación, frustración, enfado. Ocasión estupenda para pensar ¿qué haría Jesús en mi lugar? quiero tener sus mismos sentimientos. (La historia no dice si efectivamente A había dicho unas cosas y B entendió otras, o B lo había entendido bien y A había modificado, pero ahora estamos buscando la santidad de B) Vuelves a leer el texto y…pide al Señor que te cambie el corazón.
Por este camino ¿acabará B siendo tonto y sin personalidad alguna, a merced de los que tenga a su lado? Seguro que no, distingue muy bien que cada cosa es lo que es, pero él, respetando el ser de las cosas sigue por el camino del Señor que siendo de condición divina… esclavo…
Sería una buena forma de oración buscarte otros ejemplos o situaciones tuyas pasadas en que actuaste bien, o mal… Si bien te alegras y das gracias al Señor que te ayudo (hizo casi todo) y si actuaste humanamente o simplemente mal, te humillas, y le dices a Jesús que quieres ser como Él, que te perdone. Luego miras a María, que hizo lo mismo que Él y también la hablas. Luego te ríes de ti mismo, que tras tantos años de cristiano “de los buenos” y de hacer oración, estás tan lejos del parecerte a Jesús (aunque Jesús te quiere tanto como si siempre hubieses obrado bien). Conozco a uno, que después de una de estas le guiñó el ojo al Señor y le dijo algo así: “A ver si a la próxima nos sale mejor”
Quedan muchas más cosas que meditar: hecho obediente hasta la muerte, etc.