1 noviembre 2017.Solemnidad de Todos los Santos – Puntos de oración

Empezamos nuestra oración, poniéndonos en la presencia del Señor. Pedimos luz  al espíritu santo que nos ilumine  y nos ayude a hacer nuestro rato de oración.
Hoy día 1 de noviembre celebramos el día de todos los santos, un día en el que la iglesia nos invita a recordar a todos esos ejemplos de vida cristiana que a lo largo de la historia han iluminado el mundo en sus distintas épocas. Nos puede surgir la duda de para qué sirve recordar la vida y ejemplo de gente que vivió hace mucho tiempo cuando el mundo no se parecía en nada a nuestra realidad actual. Hoy en día, se ven más calabazas que aureolas y se busca adentrarse en el miedo con disfraces, decoración, etc.  Sin embargo ante esta tendencia hacia el miedo conviene recordar las palabras que nos dirigió el Papa Francisco, el 30 de Julio de 2016 en la JMJ de Cracovia:
“¿A dónde nos lleva el miedo? Al encierro. Y cuando el miedo se acomoda en el encierro siempre va acompañado por su «hermana gemela»: la parálisis, sentirnos paralizados. Sentir que en este mundo, en nuestras ciudades, en nuestras comunidades, no hay ya espacio para crecer, para soñar, para crear, para mirar horizontes, en definitiva para vivir, es de los peores males que se nos puede meter en la vida, especialmente en la juventud.”
¿De verdad queremos celebrar el miedo? En lugar del miedo, los cristianos celebramos a todos los santos. Importante eso de TODOS porque santos ha habido y habrá muchos y todos son igual de importantes.  TODOS llevaron al extremo el amor a Dios, cada uno a su estilo: en conventos, en iglesias, en misiones, en universidades o incluso en el desierto pero todo igual con un estilo de vida que rompía con el mundo. Este estilo de vida es muy sencillo, de echo es lo que la iglesia nos propone como evangelio para el día de hoy: “Las bienaventuranzas”. En este pasaje del evangelio, se nos narra como Dios  nos pone como ejemplo: a los pobres, a los mansos, a los que lloran, a los que tienen hambre y sed, a los misericordiosos, a los limpios de corazón, a los que trabajan por la paz, a los perseguidos y a nosotros mismos cuando nos insulten y nos persigan por su causa.  Qué claro deja el evangelio el camino a seguir, simplemente es el mundo al revés, todo lo que el mundo no valora es la esencia de la vida cristiana, Dios es así.
Esta propuesta, es necesario tomarla con valentía y dejando atrás las comodidades, en palabras del Papa:
“Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatillas que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de misericordia”.
Todos estos caminos que el Papa nos invita a recorrer con zapatillas, son los de la santidad. Al igual que Santa Teresa, San Pablo, San Francisco Javier, San Juan Pablo II o cualquier otro, nosotros tenemos un camino de santidad en el que poner en práctica las bienaventuranzas.
Para terminar os invito a hacer vuestra oración siguiendo estas ideas pero siempre sin olvidar a nuestra Madre la virgen. Por último os dejo una pequeña frase a modo de jaculatoria para que alarguéis vuestra oración a lo largo del día.

“Enciende me y déjame arder donde haga falta, enciende me y déjame ser tu luz.”

Archivo del blog