28 octubre 2017. Santos Simón y Judas Tadeo, apóstoles – Puntos de oración

Escogió de entre ellos a doce.
Hay muchísimas personas que tienen una confianza casi total en la intercesión de San Judas Tadeo. Parece ser el santo que interviene para que se solucionen o superar las “situaciones más complicadas e imposibles”. En realidad estas personas sencillas tienen fe y piden a Dios su ayuda incondicional con total confianza tomando como mediador, como intercesor a San judas Tadeo. Este apóstol, que siguió tan de cerca a Cristo,  que entregó su vida derramando su sangre por amor, por ser testigo fiel Jesucristo.  él fue llamado y escogido.
Yo he sido llamado y escogido para seguirle de cerca. Es un regalo, un don recibido del Señor, que se haya cruzado en mi vida, y trato de seguirle. Lo tengo bastante fácil, cada día, solamente este día, él me coge de la mano y me ayuda a caminar el trecho que me corresponde.  No me da mucha provisión para el camino, sólo el necesario. Mañana de nuevo, en la oración,  me mirará, me llamará y me dirá “si le quiero seguir”. Él por tanto me ha escogido, pero quiere que colabore dejándome guiar y siguiendo sus huellas.
Que sea uno de los llamados y también de los escogidos. Y si todavía me siento muy lejos de Él, que reconozca mi pobreza y haga lo que realizaban  las personas que le seguían. Y ¿por qué le seguían?
Esto nos dice el Evangelio de Hoy: “…después de pasar toda la noche en oración en soledad, en un monte, cuando se hizo de día, escogió entre los discípulos a doce a los que también los nombró apóstoles: Pedro y Andrés, su hermano; Santiago, Juan Felipe…”
Que ¿por qué le seguían? Esto nos dice el evangelio de hoy:
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos”.

Disponemos ahora de un rato de oración para escucharle, para tocarle… de esta manera descubriré la misión que me encomienda. Si le miro y le toco me transformaré en lo que miro y toco. Lo mismo que María, si la miro y la toco me convierto en su Hijo. Y seré otro Cristo. Él lo hará todo en mí.

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