Primera lectura:
Estos mandamientos forman parte del llamado "código de la
alianza" y muestran cómo las normas de vida del pueblo de Israel no son una
imposici6n arbitraria, sino quenacen de la acción de Dios en favor de su
pueblo; es decir, en la manera de ser de Dios, origen de todo.
Los inmigrantes, los huérfanos y las viudas son la imagen viva de aquellos
a quienes Dios protege. El inmigrante es el que no tiene nada, lejos de su
casa, desarraigado. Los huérfanos y las viudas, desamparados de un hombre que
les protegiera, estaban a merced de los que se aprovechaban de su desgracia,
por más que lo hicieran en nombre de la beneficencia. Dios escucha su
clamor, como escuchó el grito del pueblo oprimido en Egipto.
Al final del texto que leemos encontramos la razón última de estas normas
de actuación: la manera de ser de Dios. Él es "compasivo", es
decir, se pone en la piel del necesitado, del oprimido, y actúa en
consecuencia.
Salmo:
La respuesta al salmo de hoy concentra en pocas palabras lo que las
lecturas (primera y evangelio) anuncian como propuesta y nosotros vivimos y
celebramos: el amor a Dios "con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente, con todo tu ser", y el amor “al prójimo”. Es una
oportunidad muy buena para gozar de la oración, que no siempre ha
de ser de petición o de acción de gracias. Sencillamente decirle al Señor que
le amamos. Y decirlo una y otra vez con el corazón a lo largo de la jornada.
Así nos daremos más cuenta de que "con todo tu corazón, con toda tu alma,
con toda tu mente, con todo tu ser" quiere decir que el amor de
Dios invade todos los ámbitos de nuestra vida: todos los lugares,
todos los momentos, todo el pensamiento, todas las palabras, todas las
acciones, todas las relaciones... y nuestra respuesta amorosa también hemos de
darla en todas las ocasiones.
Segunda lectura:
Pablo da gracias porque la Palabra fue acogida y porque el buen ejemplo de
la fe de los Tesalonicenses se ha difundido. Una conversión, es decir,
literalmente un abandonar los ídolos para volverse al Dios
verdadero, aguardando la vuelta de su Hijo, que nos ha liberado
del castigo futuro. Nuestra época conoce esos nuevos ídolos: dinero, poder,
riqueza, influencia, aplauso humano, famoseo, placer desbordado...Por
eso, atentos a la conversión continua hacia la santidad.
Evangelio:
Este es un contexto de controversia. Se había llegado a establecer una
lista de 248 mandamientos y 365 prohibiciones, pero Jesús es muy claro: el
que ama a Dios y ama al prójimo cumple todos los mandamientos contenidos en la
alianza de Dios con Israel. El amor es la única manera de ser fiel a la
alianza, de responder al amor de Dios.
Dice san Agustín: “En consecuencia, ama a Dios y ama al prójimo
como a ti mismo. Veo que al amar a Dios te amas a ti mismo. La caridad
es la raíz de todas las obras buenas. Como la avaricia es la raíz de
todos los males (1 Tim 6,10), así la caridad lo es de todos los bienes. La
plenitud de la ley es la caridad. No voy a tardar en decirlo: quien peca contra
la caridad, se hace reo de todos los preceptos. En efecto, quien daña a la raíz
misma, ¿a qué parte del árbol no daña?” Sermón 179 A, 3-5
ORACIÓN FINAL:
Concédenos, Señor, por intercesión de la Virgen María, hacernos dignos de
participar, como ella, de la plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.