1. CLARET: EL
SANTO DE LA INMACULADA
Ponemos de
entrada como intención a Cataluña, pidiendo al santo catalán universal que dé
sensatez y a todos nosotros su actitud brotada de los Ejercicios ignacianos que
vivió: Que todo sea para la mayor gloria. Y siguiendo con su ardor misionero
siempre me ha encantado el perfil acuñado por Claret y recogido en sus
Constituciones CMF # 9:
Un Hijo del
Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por
donde pasa. Que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a
todos los hombres en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las
privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las
calumnias; se alegra en los tormentos y dolores que sufre y se gloría en la
cruz de Jesucristo. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en
trabajar, en sufrir, en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y
la salvación de los hombres.
2. Y ASÍ COMO
REINÓ EL PECADO, CAUSANDO LA MUERTE, ASÍ TAMBIÉN, POR JESUCRISTO, NUESTRO
SEÑOR, REINARÁ LA GRACIA, (Rom 5,12)
Lo que nos
importa no es el inicio fatal del partido ni la perversión del comienzo de la
acción, sino el final de la película, la meta. Y sabemos que cuando entra como
protagonista JESUCRISTO, cambia la historia, liquida el pecado de muerte y pone
en marcha la vida por su gracia.
Por tanto,
borrón y cuenta nueva. Mi vida como la historia debería tener dos etapas bien
claras: antes y después de Cristo. Como dicen los cursillistas de cristiandad:
sin Cristo, nada; con Cristo, TODO.
3. SALMO 39:
AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD
¡Qué
resonancias de nuestros compromisos, de nuestra llamada y nuestra respuesta! Y
sin querer queriendo nos vamos a las tiernas escenas que los pintores nos
brindan de María en el Ángelus. Sí, Hágase, Fiat, lo que Tú quieras, Señor,
como María, yo lo quiero también.
4. “DICHOSOS
LOS CRIADOS A QUIENES EL SEÑOR, AL LLEGAR, LOS ENCUENTRE EN VELA” (Lc 12,35)
Los que
hicimos la “mili” podemos contar de vez en cuando alguna batallita. Recuerdo
cuando nos tocaba por la noche estar de “imaginaria”, en vela, en vigilia; de
ti dependía toda la sección. Ni se te ocurre dormirte.
El Perú está
lleno de guardianes, “guachimanes”, una especie de serenos todo terrenos para
estar bien despiertos cuando los vecinos dormimos.
Los cristianos
debemos estar siempre en primera línea, protagonistas al cien por cien, en
gozosa vela, de maniobras, en dichosa campaña…porque el Señor viene y nosotros
¡felices! Haciendo lo que Dios quiere, queriendo lo que Dios hace.
A veces pienso
que debo actuar como si me estuviesen viendo todos (y si subo de categoría, el
Papa, María, Jesús), por su móvil, siempre atento, muy consciente…para
que se enorgullezcan de mí. Como solía repetir san Alberto Hurtado: ¡Contento,
Señor, contento!