Para comenzar nuestra oración nos
ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que
nos ilumine y nos acompañe en este rato de oración. Hoy comenzamos el mes de
mayo, mes de María. Desde el inicio nos encomendamos especialmente a ella para
que esté presente en nuestra oración y nuestra vida durante este mes.
Hoy la oración la podemos centrar
en la lectura del evangelio. En este fragmento Jesús habla con sus discípulos
sobre la unión entre el Padre y el Hijo, y cómo conocerlos a cada uno. De aquí
podemos extraer el primer punto para nuestra oración. Muchas veces en nuestra
vida de fe y en nuestra oración nos puedes pasar como a Felipe, que le pedimos
a Jesús que nos muestre al Padre. Y es que se nos olvida que Jesús está en el
Padre y el Padre en Jesús. Y no sé queda ahí, sino que tenemos a Jesús vivo y
resucitado entre nosotros en cada sagrario. Qué bonito sería caer en la cuenta
de esta gran presencia viva, tan cerca de nosotros. Os invitos a acercaros a un
sagrario y simplemente poneros en la presencia del Padre y del Hijo que juntos
te esperan y te hablan. Cae en la cuenta de la presencia y disfruta del
silencio acompañado.
De la presencia de Dios en
nuestra vida y ese misterio de sentir cerca al Padre y al Hijo, la mejor
maestra es la Virgen. María, la madre de Dios, es nuestro ejemplo y nuestro
camino, que le pidamos con la confianza de hijos, que nos acerque la gracia de
comprender este misterio y dejar que la presencia del padre y del hijo entre en
nuestra vida.
Por último, el evangelio termina
con un recordatorio de Jesús, que lo que pidamos en su nombre él lo hará. Muy
importante no olvidar esto. Pedir, pedir con confianza y fe, sabiendo que Jesús
actuará. De nuevo nos puede ayudar tomar a la Virgen como ejemplo. Recordad el
pasaje de las bodas de Caná, como María pide y Jesús actúa. Pues con esa
confianza de hijos y animados por el ejemplo de la Virgen, que pidamos con fe y
con confianza aquello que verdaderamente necesitamos.
Y para terminar esta primera oración del mes de mayo, dediquemos unos minutos a hablar con María, contarle nuestras inquietudes, nuestros propósitos a vivir este mes, o simplemente darle las gracias por su ejemplo y compañía.