La oración es encuentro,
comunicación y entrega a la causa de Jesús.
Estamos celebrando el tiempo de
Pascua.
Paso de la muerte a la vida.
Alegría desbordante.
Servicio alegre.
Camino seguro.
Unidad de corazones.
Abandonarse en Dios.
Nicodemo era un hombre bueno. Era
inquieto, no entendía. Su corazón estaba en la noche. Una noche distinta de la
Judas, porque le llevaba a acercarse a Jesús; al Traidor, a alejarse. Nicodemo
quiere ver a Jesús para pedir explicaciones. Jesús le dice: “En verdad te digo:
sin que nazcas de lo alto, no puedes ver el reino de Dios”. Y Nicodemo:
"Pero ¿cómo se puede nacer otra vez?" Jesús le explica que se trata
de un cambio de mentalidad. Y con mucha paciencia, con mucho amor, a este
hombre de buena voluntad, le ayuda Jesús ¡totalmente! Y Nicodemo nacerá de
nuevo, será otro.
Jesucristo, tu palabra de hoy es
de gozo y de esperanza. Porque el Padre te envió para que no perezca, para que
tenga vida eterna, para que me salve y me una a Ti para siempre.
El afligido invocó al Señor, y Él lo escucho.
¡Cuántos momentos de duda y de
angustia este curso y en la vida! Recurro a esos momentos difíciles que vivió
el Indio San Juan Diego junto a la Virgen de Guadalupe. Y la Virgen le decía
“¿No estoy aquí yo que soy tu madre?”
Recordemos hoy la primera aparición
de Jesús a su madre al resucitar.
Abelardo nos decía: “La primera
aparición de Jesús resucitado es a su Madre, porque ella es la que más le ha
seguido en la pena y la que más tiene que gozar ahora en la Gloria. Pero es
preciso hacernos como niños.
No acababa de gozar de aquel gozo
de verle resucitado, porque no es tan fácil la transición de un dolor fortísimo
a un gozo por muy grande que sea. ¡Y cuántos sufrimientos ha habido en su vida!
Pero ¿cómo pudo soportarlos la Virgen? Hubo una virtud que la hizo capaz. Y esa
virtud nos la quiere conceder. Si somos pequeñitos nos la concederá. La clave
de nuestra perseverancia. La virtud de saber esperar se llama PACIENCIA.
También se dice que es la ciencia de la paz. De la paz interior”.
Y terminamos saboreando las deliciosas
palabras de nuestro padre Morales:
“Inmaculada Madre de Dios,
alcanza a tu Iglesia el gozo de la Pascua:
Fe creciente, esperanza cierta,
alegría desbordante,
paz imperturbable, amor ardiente”.