Una posible “contemplación sobre
la marcha” del evangelio de hoy:
Jesús sigue consolando a sus
discípulos con apariciones. Se aparece en un lugar cotidiano para ellos, en su
día a día del trabajo, y se aparece recordando otra pesca milagrosa. Lo que no
sé es cómo no se dieron cuenta antes de que era el Señor... Tuvieron que
esperar a que reventara la red de peces... Son tan ciegos a pesar de todo lo
que han visto. Me siento reflejado. Por eso, “sobre la marcha” me tiro al agua
y voy nadando a trabajar (se pilla que es una metáfora, ¿no?), voy de camino
zambulléndome en el Señor: “te quiero Jesús, te quiero mucho, etc.”
Sigo con mi oración y llego a mi
lugar de trabajo, “sobre la marcha”. Hoy es un día de trabajo normal. Jesús se
me va a aparecer ahí. Lo poco que yo haya hecho de apostolado de testimonio de
él ante los hombres, él mismo lo va a multiplicar hasta reventar la red. Me
propongo aprovechar bien hoy cada relación con las personas con las que me
cruce. “Es el Señor” cada compañero de trabajo, cada alumno…, incluso el jefe.
Cuando llegue el momento del
almuerzo en el trabajo, también me va a recordar este pasaje del evangelio. Es
Jesús, que amablemente, sabiendo de mi debilidad en el trabajo, me dice:
“Vamos, almorzad”. Nos lo dice en plural. Sí, Señor, hoy voy a tomarme el café
o el bocadillo con mis compañeros como si fuésemos todos amigos de Jesús y
rezando para que todos lo seamos de verdad. Por cierto, que voy a llevar unas
pastas por si ellos “no tienen para almorzar” y cuando me pregunten que a santo
de qué les invito, les digo que “a santo de que Jesucristo ha resucitado” y
estoy alegre.
Y luego, la misa. Una misa con
Jesús resucitado: “Toma el pan y se lo da…” Bueno, quizá no era una misa al uso
porque falta el vino y sobra el pescado, pero se parece mucho a la idea de que
él es nuestro alimento. En la misa de hoy, que ojalá pueda celebrar, voy a
estar muy atento al momento de recibir el pan, el pan de la vida, el mismo
Cristo.
Oración llena de gozo por ver a Cristo resucitado y pasar el rato con él… y día gozoso por poder estar, “sobre la marcha”, con tantos cristos crucificados a los que testimoniar con nuestra vida entregada a ellos la resurrección de Cristo.