¿Cómo era mi vida antes de tu
llegada?: “estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por
miedo a los judíos”.
¿Cómo es después de conocerte?:
“lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor”.
¿Cómo se da este
cambio? “entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a
vosotros»”.
Jesús en el centro de mi vida ¡¡y
todo cambia!!
Nos regala su Espíritu Santo para
que formemos una Iglesia Misericordiosa que procura reconciliar y perdonar. Que
pone esa misericordia compasiva al servicio de las personas.
Y así trata a Tomás.
Misericordiosamente le ofrece sus manos, su costado, dialoga, acoge, acompaña
al que tiene dudas para que pueda creer.
Cuando el Resucitado es el centro
de mi vida, permito al Señor que me transforme, que me cambie la vida, que me
perdone, que me pacifique, que me comprometa al servicio de los más
necesitados.
Cuando el Resucitado es el centro de mi vida, los demás ven cómo vivo, transformado por la presencia del Señor Resucitado y pueden llegar a creer sin ver.