11 junio 2021, viernes de la 10ª semana de Tiempo Ordinario. Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Puntos de oración

Hoy celebramos el Sagrado Corazón de Jesús.

Las lecturas nos llevan a recordar como Dios nos ha amado como un Padre desde el comienzo de nuestra vida, desde siempre. “Fui para ellos como quien alza un niño hasta sus mejillas. Me incliné hacia él para darle de comer.”

Todo el Antiguo Testamento es una historia continuada de ternura, fidelidad, benevolencia. Dios es amor, sus relaciones con el mundo sólo pueden ser relaciones de amor. Dice San Pablo: “que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; de modo que así, con todos los santos, logréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo el amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento.
Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.”

La muerte en la cruz es el momento culminante de ese amor que Jesús había mostrado durante su vida, como reflejo del amor de Dios, y que se había manifestado, sobre todo, para con los pobres y los que sufren. Ahora es él quien entrega su propia vida, en sacrificio perfecto.

En la fiesta de hoy se nos invita a mirar hacia Dios y agradecer su amor misericordioso. A mirar hacia Cristo y ver la seriedad de su amor, que le llevó a entregarse en la cruz por nosotros. A mirar al Espíritu, el Amor de Dios que ha sido infundido en nuestros corazones. Y a vivir así envueltos en el amor del Dios Trinidad.

La semana pasada vimos este amor de Dios reflejado en la vida entregada de Ignacio Echevarría. Unos días antes, pudimos ver Amanece en Calcuta. La vida entregada de una mujer, Santa Madre Teresa de Calcuta, cambia y dirige la de tantos otros.

Vidas entregadas por y para el amor. Vidas/reflejo de Aquel que nos amó primero, desde siempre. Que llegan a la plenitud, según la plenitud total de Dios.

Vida de entrega, por amor, que tú y yo podemos vivir. En el pequeño detalle, en el olvido de mí mismo, dejando lo mejor para los demás… en lo cotidiano.

Por eso en este día se nos invita a pedir, con ayuda de nuestra Madre: "Enciende en nosotros el fuego de la caridad, que nos mueva a unirnos más a Cristo y a reconocerle presente en los hermanos". 

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