2 junio 2021, miércoles de la 9ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

Los saduceos negaban la resurrección de los muertos, y no obstante le plantean a Jesús una cuestión, que en último término tocaba el tema de la resurrección… ¿Cuál era la intención de ellos...? ¿Conocer la verdad..., aprender o profundizar en ella…, o simplemente poner una celada al Señor…? ¡Qué tremendo es el ser humano, cuando no tiene rectitud y pureza de intención en lo que lo que piensa..., en lo que dice, o en lo que hace…

La respuesta que les da el Señor es realmente magistral..., pues les recuerda dos verdades fundamentales: La primera: que en el Cielo hombres y mujeres no se casarás, pues serán como ángeles...; y la segunda: que los muertos resucitarán…

Y ahora vendría nuestra aplicación personal, ante el texto que hoy meditamos… ¿Creemos realmente, en lo que Jesús respondió a este grupo de saduceos? ¿Creemos que, en la Vida Eterna, las realidades temporales serán distintas..., estarán transformadas..., serán sublimes…? ¿Creemos que nos espera una vida eterna..., que ni ojo vio..., ni oído oyó, ni corazón humano es capaz de imaginar…?

Seamos valientes en este día al hacer nuestra oración personal, y planteémonos si realmente vivimos de cara a la Eternidad…, y si nuestro hacer diario tiene esta perfectiva de futuro…

Quien vive pensando en Dios, quien ama a Dios, quien desea hacer lo que Dios quiere y espera de uno, transciende no solo su historia personal, sino también la de los que nos rodean…

¡Qué diferente sería nuestra vida terrenal, si estuviera siempre enfocada hacia la eterna y definitiva, que Jesucristo nos ha prometido y alcanzado…!

Es necesario vivir con nostalgias de Eternidad…

Es necesario construir este ahora pensando en ese después definitivo y eterno…

Esto no es salirse de la realidad, sino transcenderla…

Que salgamos hoy de nuestra oración con Dios en el corazón…, la eternidad en la cabeza..., y el mundo a los pies… Que así sea.

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