4 marzo, cumpleaños de Fernando Martín

Olvidándonos momentáneamente del año litúrgico vamos a dedicarnos hoy de forma especial a Fernando y la Virgen. Quizás de mucho rodeo para este tema, pero al final lo abordo.

Podemos empezar por imaginarnos a Jesús y su madre en Nazaret: cómo trataba la Virgen a Jesús. Como tiene aprendidos sus gustos, su forma de andar de manera que desde lejos sabía si el que llegaba era él... La puedes ver cómo le prepara la ropa y en las demás necesidades. Si alguna vez no tuviese qué darle de comer, cómo va de una casa a otra pidiendo prestado lo necesario. Si llega algún cliente moroso, que ella sabe que es engañador y Jesús no le conoce, como le previene para que luego pueda obrar adecuadamente. Qué haría si la parece que se le acerca un peligro de cualquier índole.

Luego piensas en el trato de Jesús con su madre, las confidencias que tiene con ella, su preocupación por su salud, por decir las palabras adecuadas para ampliarla horizontes. Las bodas de Caná y la cruz son ejemplos paradigmáticos de ese trato.

Llega ahora el momento de la Crucifixión. Le dice a Juan que la reciba como a madre y a ella que le tenga como a hijo.

La segunda parte de esta meditación es imaginarnos la vida de familia de María y Juan. Vamos a hacernos las mismas preguntas pero referidas a esta relación materno-filial. Estudio y conocimiento de las cualidades de su nuevo hijo, afecto y confidencias que tiene con él, atenciones que tiene, favores que le hace y cómo reacciona ante los peligros que le acechan. En este último aspecto también hay que tener en cuenta que Jesús ya se había manifestado y resucitado y desde Caná y sabia que para ayudar a Juan no sólo cuenta son sus fuerzas, sino, sobre todo, con las de su hijo-Dios. Imagínate alguna manifestación de cada una de estas cosas.

Ahora vine estudiar el comportamiento de Juan en los mismos aspectos. Y luego a estudiar cual es y cual debe ser el tuyo con respecto a María.

El punto de vista teológico se puede completar con temas como el razonamiento de que ahora yo soy su hijo con las mismas condiciones que Juan (Cuerpo Místico, Pablo, Pablo, ¿por qué me persigues? Etc.) Actuación histórica de la Virgen, etc.

Es curioso que no haga nada parecido con su papá José.

Ahora viene estudiar tu propio comportamiento en este campo.

Por último una miradita a Fernando, su hijo, ¿la podrías hablar de él, de sus cualidades y de sus problemas, de sus necesidades como el “espíritu de luz y fortaleza”? Es importante que pidamos unos por otros y en especial por los que más lo necesitan y por nuestros mayores, es decir es muy importante pedir por el Director General, por hablar a María de él.

¿Soñamos todavía con el milagro esperado de la unión?

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