Lunes de la 10ª semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

TOMAMOS EL SALMO Gustad y ved qué bueno es el Señor

Leía el otro día estas palabras del Papa en Fátima y os las brindo.

Fidelidad la preocupación de cada cristiano. Permitid que os abra mi corazón para deciros que la principal preocupación de cada cristiano es la fidelidad, la lealtad a la propia vocación, como discípulo que quiere seguir a Jesús. La fidelidad a lo largo del tiempo en el nombre del amor, de un amor coherente, verdadero y profundo a Cristo. Sí, el bautizado es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la inserción a Cristo. Todos los hombres, están llamados a conocer y amar a Dios y a la iglesia como misión ayudarles en esta vocación

La Eucaristía, centro de la vida del cristiano y escuela de humildad y de servicio, debe ser el objetivo principal de nuestro amor. La adoración, la piedad y la atención al Santísimo Sacramento.

En este camino de fidelidad nos guía y acompaña la bienaventurada Virgen María. Con Ella y como Ella somos libres para ser santos. Libres para todos, porque estamos desprendidos de todo, libres de nosotros mismos para que en cada uno crezca Cristo, libres para llevar a la sociedad moderna a Jesús muerto y resucitado que permanece con nosotros hasta el final.

LEYENDO EL EVANGELIO DE LA BIENAVENTURANZAS.

Estad alegres y contentos porque vuestros nombres están escritos en el cielo.

Haciendo oración ayer le decía a Jesús: ‘Señor, ¿cómo te puedo hacer presente entre mis alumnos?’ Esta mañana, al salir del centro escolar, una alumna me dijo que había tenido un accidente. Le animé a que en este tiempo viera la mano de Dios. Me decía que sí. Porque llevaba una vida un poco apartada de Él. A otra que la han operado y que el otro día lloraba porque creía que tenía un cáncer, la animé a que fuera todos los días a misa y me dijo que ese mismo día había comenzado a hacerlo.

Qué fácil es hacer oración con este pasaje tan bonito. Ver a Jesús sentado en la cumbre. Recordar el mirador de Gredos contemplando el Circo, alguna cumbre.

Dichosos los pobres de espíritu, nuestros alumnos, nuestros amigos, conocidos Los que sufren, los que tiene hambre y sed. Acordarnos de familias que hoy lo pasan mal en lo material. ¿No será esto una gracia de Dios para acercarse algo más a El?

Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. ¿Cómo educamos nuestro corazón? ¡Con el limpio vemos mejor a Dios!

Dichosos los que trabajan por la paz. ¿Cuántas obras hacemos por esta causa a lo largo del día sin darnos cuenta? Repasar bien nuestro balance

¿Cómo nos alegramos de sufrir por Cristo? Pues si sufrimos, reinaremos con Él.

Bienaventurados los que estos días se examinan, que se tranquilicen y ofrezcan los momentos difíciles al Señor.

Digamos en este mes: Sagrado Corazón de Jesús, de ti sí que me fío.

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