Martes de la 9ª semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

1. Comienza el Mes del Corazón de Jesús. Después del Mes de las Flores, el Mes de los Frutos.

Hace unos días, un filósofo “descartaba” a Descartes en su definición de persona “pienso, luego existe” y proponía: “Soy amado, luego existo”. Todo un horizonte a la esperanza, a la confianza, porque Jesús nunca me dejará de amar, soy amado por Él desde toda la eternidad, y lo seré siempre. Parafraseando a Gabriel Marcel: “Mientras que Yo viva, no morirás”; Dios es el siempre vivo, el siempre amador, por tanto yo siempre viviré.

Abelardo, en Villagarcía de Campos, nos “metía” en el Corazón de Jesús. Su meditación “Soledades de Jesús” viene al pelo para iniciar este mes. Al concluir la meditación nos decía: “Y nosotros hoy, ¿no dejamos solo al Corazón de Jesús? Porque sigue prolongando el amor (que no ya el padecimiento) en la Eucaristía, memorial de su pasión. Está en los Sagrarios. ¿Cuánto tiempo acompañamos nosotros a Jesús diariamente ante un Sagrario? Nos quejamos de que en algunas iglesias han arrinconado los sagrarios y los han puesto en lugares ocultos, pero nosotros, con los Sagrarios que tenemos a nuestro alcance, ¿qué hacemos?, ¿acompañamos a Jesús en la Eucaristía? Corazón de Jesús en Ti confío porque creo en tu amor para conmigo”.

2. Fiesta de San Justino, filósofo laico, mártir. Nació en Flavia Nápolis hacia el año 100. Un buen modelo para nuestro tiempo de cristofobias, laicismo, secularismo, indiferentismo. Fue el primer apologista cristiano, laico. Como buscador incansable de la verdad, profundizó principalmente en el sistema de los estoicos, los pitagóricos y de Platón. Tuvo un encuentro que le motivó a estudiar «una filosofía más noble» que las que él conocía. Así, comenzó a estudiar las Sagradas Escrituras y a informarse sobre el cristianismo. San Justino tenía 30 años cuando se convirtió al cristianismo. Recorrió varios países discutiendo con los paganos, los herejes y los judíos sobre la fe. Los escritos de Justino mártir que han llegado completos hasta nosotros son las dos Apologías y el Diálogo con Trifón. En la primera Apología, San Justino protesta contra la condenación de los cristianos por razón de su religión o de falsas acusaciones. En ella fundamenta que es injusto acusarlos de ateísmo y de inmoralidad, ya que son ciudadanos pacíficos, cuya lealtad al emperador se basa en sus mismos principios religiosos.- La segunda Apología es un apéndice de la primera. En su tercer libro, el mártir hace una defensa del cristianismo en contraste con el judaísmo, bajo la forma de diálogo con un judío llamado Trifón. San Justino se negó a la orden dada por Crescencio de ofrecer sacrificios a los ídolos y, confesando valientemente a Cristo, fue condenado por el juez a morir decapitado.

En Perú nos encontramos en plena semana eucarística con motivo del Congreso Eucarístico y Mariano que preside el Cardenal Cañizares como legado pontificio. Pues nos viene como anillo al dedo la oración postcomunión:

“Tú, que nos has reconfortado con el pan del cielo, concédenos, señor, que, significando fielmente las enseñanzas del mártir san Justino, nos mantengamos en continua acción de gracias por los dones que de Ti recibimos”

3. Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Evangelio según San Marcos 12,13-17

Ante una situación provocativa, casi una trampa, por parte de los religiosos “listillos” de la época, Jesús nos enseña a dar la respuesta correcta y oportuna, en verdad y en caridad. A veces se nos presentan disyuntivas: “o Dios o el jefe; o la devoción o la obligación; o la religión o la patria”. San Ignacio decía: “Como si todo sólo dependiese de Dios y como si todo sólo dependiese de mí”. Debo ser el primer ciudadano porque soy el primer cristiano, claro que siempre hay que discernir…y preguntarse: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? La luz de la verdad, el ardor de la caridad.

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