Viernes de la 9ª semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Está tan cerca el día del Corpus Christi que creo conviene enfocar la oración en este camino.

Esta será una oración un poco más abstracta y nadie puede esperar acabar entendiendo todo y posiblemente la postura más adecuada será pedir y pedir “Creo Señor, pero ayuda a mi incredulidad” o cualquier otra cosa. También se puede dedicar la oración a repetir lentamente una frase: “tomad y comed todos de él porque esto es mi cuerpo” o “el que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él”.

En todo caso yo voy a escribir algunas cosas. Empezaré por el milagro eucarístico de Lanciano (Italia) del año 700. Como imagen puedes tener la de un sacerdote, o el mismo el Padre Morales levantando la Sagrada Hostia después de la consagración y te quedas mirándola y diciendo: Señor mío, Dios mío y Hermano mío.

En Lanciano vivía un sacerdote, al parecer monje de la orden de San Basilio, cuya fe en la Eucaristía se iba debilitando. Tantas cosas se decían a favor y en contra. Tanto interés tenía el demonio en que no se lo creyese. Ya decía la Misa rutinariamente hasta que un día, mientras pronunciaba cansadamente las palabras de la consagración, la forma se le convirtió en carne y el vino en sangre. En aquella época se decía la Misa de espaldas al pueblo, pero un choque tan grande no se puede sobrellevar en silencio y alborozado al mismo tiempo que avergonzado por su falta de fe, se volvió al la gente y lo contó todo y aún hoy día se veneran estas preciosas reliquias en la iglesia, ahora bajo la custodia de los franciscanos.

Como quedaron las cosas físicamente era con una Sagrada Forma de pan en cuyo borde había carne y un cáliz con sangre que enseguida se coaguló en cinco pedazos desiguales. Con el transcurso del tiempo se ha estropeado la parte de Sagrada Hostia en forma de pan pero se conserva el borde ce carne y la sangre coagulada. Ahora le gente sabe mucho y evidentemente llevan a los científicos forenses para que investiguen. La última vez en 1991. Y efectivamente es carne humana ¿de que parte del cuerpo? De los pies, de los riñones... es músculo del corazón. DEL CORAZÓN. Con sangre del grupo AB, como la de la sábana santa y la de otros milagros eucarísticos, que hay más de este tipo y en cinco fragmentos, como las cinco llagas. Y además tiene las mismas características que la que ha sido recientemente extraída de un cuerpo vivo. ¡Y lleva ya unos 1300 años!

Adora, asómbrate, pide algo a Jesús.

Ponte en la piel del fraile, al que podemos llamar Vicente, como yo, porque yo tampoco me lo creo totalmente, o quizás se llamase como tú. Intenta revivir sus dudas que se parecen a las mías. Vamos a suponer además que es Vicente es un fraile honesto. ¡Piensa y siente cómo es esa persona! Ahora mira al demonio, que actúa sobre todo a través de nuestra inteligencia, cómo maniobra, que ideas le trae e la cabeza. Yo no le doy muchas vueltas a esas posibles ideas no sea que se me introduzcan a mí pues soy débil de fe (y de más cosas). El fraile se pone triste ya no sonríe, se arrastra por los claustros, camina hacia la depresión o el pecado. El demonio se sonríe perversamente.

¿Quién más participa en la escena? La madre del fraile Vicente, que desde el cielo le ve. ¿Qué hace? ¿Qué dice? ¿Qué le sugiere a su hijo Jesús?

Ahora mira a Jesús. Está dándole un regalo inmenso al fraile y este lo ignora. Es como el médico que está tendiendo la medicina al enfermo de cáncer y este ni la mira. Sólo ve la caja de cartón y no la aprecia ¡Y es su salvación! Para el alma y para el cuerpo. Jesús respetando la libertad del otro y sufriendo al verle sufrir y aproximarse a su condenación.

Piensa en el Vicente después del milagro. ¡Como vive! Mira lo que habla con los demás, a quien se lo cuenta su felicidad total y agradecida.

Hay más gente que está en situaciones parecidas, ¿por qué no se da siempre este milagro? ¿Cuándo hacía el milagro, pensaba en mí?

Cuando se te acabe la vena contemplativa y se te despiste la atención, empieza por el principio: mira a un sacerdote levantando la Sagrada Hostia recién consagrada, abres la boca y adoras, amas, reparas.

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