16 noviembre 2010, martes de la XXXIII semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Petición inicial: Señor, que vuelva al amor primero que te tuve. Renueva cada día mi amor por ti.

Ideas: Las lecturas de este final del tiempo ordinario son una llamada a la conversión. Una doble llamada, porque el evangelio, con su llamada a Zaqueo, nos hace una llamada a la conversión al os que estamos alejados de la fe, a los que nos hemos dejado llevar por la codicia del dinero. Pero la primera lectura, del Apocalipsis, nos hace una llamada a la conversión de aquellos que nos tenemos por cristianos, que quizás lo hemos sido de verdad en otro momento, pero que nos hemos ido enfriando poco a poco y en este momento somos tibios y nos hemos alejado de la vida.

Quizás en este grupo estemos algunos de nosotros, al menos en parte. Hemos conocido a Dios y, en otro tiempo nos ilusionamos con su mensaje y su vida nos llenó el corazón. Pero, poco a poco, se nos ha ido pegando el estilo del mundo, hemos dejado la oración, hemos convertido el fuego de la eucaristía en hielo al que nos hemos acostumbrado.

Si estás en esta situación una buena forma de empezar la oración es leer este pasaje como si estuviese dedicado a ti:

  • Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto
  • Conozco tus obras, y no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca

Unas preguntas para pensar:

  • ¿Cómo estoy en mi vida espiritual? ¿Me he ido alejando de Jesús?¿Soy tibio?
  • ¿Cuál ha sido el proceso para llegar hasta ahí?
  • ¿Cómo cultivo la cercanía de Cristo? ¿Cuál es mi frecuencia de sacramentos? ¿Eucaristía y confesión? ¿Y la oración?

Coloquio final con Jesús: Pero no podemos acabar ahí la visión de nuestra vida. Siempre Jesús se cruza en nuestro camino, como a Zaqueo, y nos invita a que le invitemos. Quiere meterse en nuestra casa para traernos la salvación. Porque, para volver a reanimar el fuego de nuestro amor sólo existe el camino de la cercanía con Jesús, una cercanía que nace del roce.

Acabar con un propósito de conversión concreta para este día que comienzo o para mañana.

Archivo del blog