Petición: Señor Jesús, sé tú el rey de mi vida. Que viva bajo tu señorío.
Ideas: Las lecturas hoy nos hacen una llamada a tener a Jesús como REY.
La primera nos habla del rey David haciendo referencia a su realeza:
- "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."»
Pero sobre todo nos podemos fijar en el Evangelio, en Cristo desde la Cruz, con el cartel de INRI que nos indica que es condenado por ser declarado rey de los judíos.
Sí, no es difícil ilusionarse con Cristo como Rey, viéndole hacer los milagros, tener el poder de curar enfermos, de resucitar muertos, de clamar las tempestades… Pero no es tan fácil ilusionarse con Cristo como Rey en la cruz.
Pero esa es su realeza, su forma de poder. Un poder sin poder. Una riqueza en la pobreza, desnudo y ultrajado. Y los honores que recibe son las burlas de los que pasan.
¿Estoy dispuesto a seguir a este rey, a ser de los suyos?
Diálogo con Jesús: Mi oración de hoy será ante este Cristo, jurándole fidelidad y amor. Pero desde la cruz de Dimas, el buen ladrón, que es el único que reconoce su realeza. Ponerme en el lugar de Dimas. Me sé pobre y pecador, me reconozco merecedor del castigo. Pero mis miserias no me alejan de él, sino que clavado en la misma cruz, compartiendo el mismo suplicio, me vuelvo a Jesús y tengo con él un diálogo íntimo. Le pido que se acuerde de mí, que me perdone. Le repito que le amo. Que quiero compartir su estilo de vida, aunque me lleve a la cruz.
Acabo contemplando a la Madre que está al pie de la cruz, mirándome con agradecimiento por haberle acogido a Jesús como mi Salvador.