6 noviembre 2010, sábado de la XXXI semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

  1. Nuestro corazón está hoy en Santiago de Compostela, con el papa Benedicto XVI. El miércoles en su audiencia dijo estas palabras que nos ayudan a orar hoy: “Os invito a que me acompañéis con vuestra ferviente oración en mi visita pastoral a Compostela, uniéndome así a los peregrinos que llegan hasta los pies del Apóstol en este Año Santo. Iré también a Barcelona, donde tendré la alegría de dedicar el maravilloso templo de la Sagrada Familia, obra del genial arquitecto Gaudí. Voy como testigo de Cristo Resucitado, con el deseo de llevar a todos su Palabra, en la que pueden encontrar luz para vivir con dignidad y esperanza para construir un mundo mejor”.
  2. Otro motivo para orar es la fiesta que celebramos: los Mártires de España del siglo XX. Es una fiesta nueva que nos recuerda a los testigos de Cristo durante la guerra española. Ellos hicieron realidad en su vida lo que el Evangelio de este día nos propone: ningún siervo puede servir a dos amos. Ellos dieron la vida por amor cuando les pedían servir a otro Señor y renegar de la fe. Pidámosles hoy la misma valentía para nuestra vida, que sepamos identificar cuáles son los amos de los que somos esclavos y nos alejan de Dios.
  3. San Pablo es hoy también nuestro modelo en el seguimiento del Señor y otro testigo de lo que es poner la vida en juego por servir al único señor. Fijémonos en las frases, “he aprendido a arreglarme en toda circunstancia”, “se vivir en pobreza y abundancia”, siempre apoyado en Cristo, “porque todo lo puedo en aquél que me conforta”. Lo que parece tantas veces en nuestra vida una renuncia, es en realidad el secreto de la verdadera felicidad. Es poner a Cristo como el valor fundamental y todo lo demás, como decía ayer Pablo, pérdida y basura.
  4. Para hacer de esto oración nos pueden ayudar las palabras del salmo: “Dichoso quien ama de corazón sus mandatos… su corazón está seguro en el Señor, sin temor”. Disfruta con este salmo, es un salmo de generosidad. El que sirve a dos señores es egoísta, el que sirve a Dios es feliz, “se entrega a manos llenas, su caridad es constante”. ¿no deseas esto para tu vida?
  5. Así el evangelio, a veces difícil de leer si lo entendemos como mandato moral o exigencia, nos ha quedado comentado por los testigos de la fe: Benedicto XVI que se entrega al pueblo de Dios sirviendo con radicalidad al Señor como testigo valiente del evangelio, voz de la verdad que se alza con claridad ante el relativismo del mundo. Los mártires del siglo XX en España, que llevaron el servicio de la fe hasta dar la vida. Y san Pablo que nos transmite su experiencia de vida. Es la gran lección, el evangelio no se aprende en la teoría, se vive, y es como una partitura que es interpretada por el coro de los testigos.
  6. Conclusión: los fariseos se burlaban de las palabras de Jesús, no entendían pues tenían riquezas. Nosotros no queremos caer en esa tentación de que nuestra vida, en el fondo, sea una burla del evangelio al no vivir lo que allí se nos dice. Tenemos que ser testigos. Comencemos hoy en la oración pidiendo al Señor la coherencia entre nuestra fe y nuestra vida y haciendo algún gesto, pequeño o grande, de desprendimiento para comenzar a gustar de la autentica felicidad. Así estaremos preparados para dar la vida. Como los cristianos de Irak asesinados al comienzo de esta semana. Otros testigos valientes que nos ayudan a entregarnos y que nos suscitan deseos vivir el evangelio, de servir al único Señor.

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