3 noviembre 2010, miércoles de la XXXI semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.

Nos acercamos a estas lecturas teniendo en cuenta otros pasajes del evangelio:

«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga» (Lc 9, 23)

«Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado «del Cráneo», en hebreo «Gólgota». Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio» (Jn 19, 17-18)

En estos textos se remarca la actitud de Jesús frente a la cruz. No es tanto el hecho de asumir los hechos cuanto la decisión personal frente a ellos, la actitud que tenemos. Pablo habla de esa actitud en la carta que hemos leído en docilidad al obrar de Dios. Esa configuración con el misterio pascual de Jesucristo, con su muerte y resurrección, es difícil de entender, pero es el camino real de nuestra vida cristiana: somos discípulos de Jesús, cristianos, porque llevamos nuestra cruz cada día y lo seguimos. Es decir en la medida en que lo hacemos.

Algunos comentaristas ven un paralelo con el pasaje en que Jesús invita a cargar con su yugo y aprender de Él, porque su yugo es llevadero y su carga ligera y así hallar descanso (Mt 11, 29-30). Se podría decir que hay dos actitudes ante la cruz llevarle a rastras con desesperación o cargarla como Jesús, con Jesús. Pablo nos cuenta la alegría que siente por la fe de los filipenses aun a costa de arrostrar grandes dificultades y exhorta, anima, a vivir con alegría: « yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte, estad alegres y asociaos a la mía».

Pidámosle al Apóstol, heraldo de la cruz, que nos enseñe en la oración de este día la sabiduría de la cruz, escándalo para los cristianos a medias y locura para descreídos, pero que para nosotros sea fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1, 23-24). El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?

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