En ambiente de silencio (exterior e interior), invocamos la ayuda del Espíritu Santo, de Santa María y de nuestros santos más amigos.
Caer en la cuenta de que “sin mí no podéis hacer nada”, puede ayudarnos a preparar debidamente el corazón para el encuentro del Señor. Pero pensar en alguna de esas limitaciones personales (de carácter, de corazón, de trato…) bajar a la arena de mi nada y desde esta humildad-verdad “empezar a construir” la oración.
Hoy es muy rico en matices el evangelio: Marcos 2, 1-12. Resumo algunas ideas principales:
Jesús siempre disponible
Vuelve a Cafarnaún y si la gente se entera es porque le estaban esperando. Y si llenan la casa hasta la puerta es porque “estaba abierta” a todos y lo saben.
Propone (no impone la palabra)
La convicción arraigada en la oración con el Padre, la propone a sus oyentes. Pero es consciente que habla a personas libres para aceptar ó no su mensaje.
Audacia de la fe para levantar tejados…
La verdad es que mucho querían a su amigo estos cuatro que llevaban la camilla. Podrían ser baturros tranquilamente (por lo de no cortarse en abrir boquetes y descolgar al paralítico pasando de qué dirán y otras historias).
Y Jesús alaba esa FE hecha de valentía, imaginación y generosidad
Vemos como El Señor se conmueve y rápido ofrece el fruto de la Fe “tus pecados quedan perdonados”.
¡Qué bueno tener amigos que te llevan cuando estás enfermo!
Y también unirse a otros para llevar a algún amigo enfermo al Señor para que lo cure: esta experiencia tuve hace poco cuando junto a otros amigos de la Milicia pude acercar a un alumno a Ejercicios.
La envidia e intransigencia de unos escribas
Es curioso cómo en el texto sagrado dice “…que estaban allí sentados”. Contemos, al ayudar a alguien, con que podemos ser criticados. Son los palos en la rueda de la bicicleta para que tropieces. Invocan el nombre de Dios para criticar el fruto en una persona beneficiada por Dios. ¡En sus palabras quedan cazados!
Eso sí. Critican sentados; signo de la mente no dispuesta a moverse hacia el Señor
Jesús transforma la diatriba con los escribas en SIGNO MESIÁNICO
Con toda paciencia, Jesús dialoga: “¿Por qué pensáis eso?”. Parte de sus palabras para reconducir la situación y hacerles ver que “el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados”. Aunque sea torpemente ó desde la postración de nuestro pecado y miseria, entremos en diálogo con Cristo. Él tiene poder de reconducir las cosas. Lo más absurdo puede venir a ser salvado (aquí fue la crítica, desconfianza, recelo e incredulidad).
Jesús tiene poder para levantarme de mi postración
“Contigo hablo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. La palabra de Cristo dicha a nuestro corazón SÍ que es eficaz: cambia las cosas. Por eso el buscar esa palabra de Jesús en la oración personal es tan importante. ¡ ¿Quién nos va a levantar si no de nuestra enfermedad?!. El no va a hacer otra cosa que devolvernos A CASA. A su corazón (casa del Padre), donde volvió el hijo pródigo….y llenarnos de regalos: la paz del corazón, alegría, conversión, cariño con amigos. “Se levantó inmediatamente, tomó la camilla y salió a la vista de todos”.
Cuando nos dejamos resucitar, por Jesús, de nuestras muertes…podemos ser causa que otros den gloria a Dios; “Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: “nunca hemos visto nada igual”.
Que sea nuestra Madre, Santa María la que nos alcance ser tan sencillos como para acercarnos a Jesús y contarle TODO.