17 junio 2013. Lunes de la XI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Oración para comenzar:

Corazón Santísimo de Jesús, por medio del Corazón Inmaculado de Santa María, te ofrecemos las oraciones, trabajos, alegrías y sufrimientos de este día… para reparar las ofensas que se cometen contra ti y para unirnos siempre a las intenciones con que inmolas continuamente sobre nuestros altares.

Seguimos intentando conocer el Corazón de Cristo durante este mes de junio. Cada pasaje del Evangelio es una oportunidad para ello. En el texto de Mateo que leemos hoy, hay una explicación nueva de la ley. Llevamos leyendo estos días de tiempo ordinario, todo este capítulo quinto en que se nos presenta la nueva doctrina. La ley antigua, judaica, ha de ser superada: No he venido a abolir la ley sino a darle cumplimiento. La antigua ley era la de la norma por la norma, y la nueva ley es la de la norma por el amor. Jesús dice que viene a dar plenitud a le ley, y este es el camino: el amor. El amor llevará a cumplir los mandamientos y las demás normas menores derivadas de aquellos. Pero si las normas matan el amor hay que desterrarlas.

En el pequeño texto de hoy Jesucristo concreta uno de esos pasos del cambio de ley. Frente al ojo por ojo; es decir, a tratar a los demás como nos tratan ellos, Jesús establece el perdón, la donación, el abandono, la compañía, la limosna… el amor. No hay que pensar en lo que me han hecho, en la justicia humana que dictan las normas humanas; por encima de ellas está el amor, el darse, el adelantarse a amar. No sólo dar cuando me lo piden, sino dar antes de que me lo pidan. No sólo dar lo que me piden, sino dar más de lo que me piden.

Les costaría a aquellos judíos que vivían la ley como símbolo de la nación de la alianza con Dios, dar el paso a este nuevo concepto de ley amor. De hecho esto le costó la vida. El poder religioso establecido no podía permitir que se les quitase de en medio con esta ley tan popular en la que apenas si ellos eran necesarios. El pueblo llano sí que entendió pronto esta nueva ley, por eso las prostitutas y los publicanos se adelantaron a todos los demás en el seguimiento de Jesús.

Este es el Corazón de Cristo, un corazón que perdona, un corazón que ama, un corazón que se adelanta…; un corazón abierto para dejar entrar a todos los que quieran, un corazón que palpita por cada uno de los hombres y mujeres de esta humanidad tan huérfana; un corazón que ha lavado todas nuestras culpas y nos ha ganado la redención…

Sagrado Corazón de Jesús en ti, sí confío.

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