13 febrero 2016. Sábado después de Ceniza – Puntos de oración

“Ven Espíritu Divino, enséñanos tus caminos para que sigamos tu verdad. Escucha mi oración, atiende mi súplica”
Propongo rezar con todas las lecturas, unirlas en nuestra oración como si fuese una película y para ellos las leemos en orden inverso. Aquí van las escenas:
1. Jesucristo, compadecido por los pecadores, baja al mundo, a mostrarse, a realizar un llamamiento. Si yo me reconozco pecador, Cristo ha venido para mí.
2. Mírate con tu miseria, con tus negocios de poca monta, como Leví. Y ahora, como este, escucha la voz del Señor: salta tu mostrador de impuestos y síguele… ¿Cuál es tu mostrador de impuestos, tus mundanidades, que tienes que saltar para seguir a Jesús? (el lema del Papa “Mirándolo con Misericordia, lo eligió” está sacado de aquí)
3. Llegamos al salmo: pedimos ayuda al Señor para que nos ayude a saltar el mostrador. Le pedimos ayuda a Dios para que nos permita seguirle con libertad y fidelidad, para vencer los límites y minucias que nos tienen atados. Este salmo es una súplica completa y preciosa.
4. Isaías nos da la clave del fiel seguimiento. El seguimiento es: respecto a los hermanos, a los demás (“cuando ofrezcas al hambriento...”, “aleja de ti el dedo acusador…”); y respecto a Dios (“Si lo honras…”, “Si evitas tus asuntos (tus mundanidades que decíamos antes…)…
5. Isaías nos adelanta los frutos de este seguimiento: viviremos “deliciosamente”: “brillaremos, encontraremos en el Señor nuestra delicia, nos conducirá a lo alto y gozaremos de un gran patrimonio”.
Desenlace y fin: Nuestra relación con Dios no es una obligación, sino que le llamamos nuestra delicia, y al ser nuestra delicia, buscamos, irremediablemente momentos y detalles para Él y por Él (en la lectura ese hueco está simbolizado en el “sábado”)… Y en esta Cuaresma de la Misericordia aprovechemos esos momentos y detalles (Renuncias, penitencias, oración, obras de misericordia…) para saltar hacia Dios y vencer esas limitaciones. Aprovechemos este tiempo propicio de conversión para unirnos a Él.

Que este rato “sea una delicia”. Feliz oración.

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