19 febrero 2016. Viernes de la primera semana de Cuaresma – Puntos de oración

* Primera lectura: "No quiero la muerte del pecador". Dios abre su corazón: no quiere la muerte. Él es el Dios vivo, el Dios que da la vida, el Dios que vence a la muerte. Dios no quiere la muerte, sino que la increpa con dura voz: "Oh muerte, ¡yo seré tu muerte!" (Os 13,14).
La condición para que el pecador viva es simplemente que se aparte de aquello que le mata, es decir, del pecado. Así pues, arrepentirse es un acto de supervivencia y un modo sencillo y directo de amarse rectamente a sí mismo; esto es ser inteligente. Además, por la humildad, vivimos con serenidad y paz nuestra condición de criaturas. Cosa que es bueno saber en todo tiempo pero que resulta tanto más saludable en el tiempo de cuaresma, tiempo por excelencia para arrepentirnos de nuestras culpas.
Toda la conversión es la historia de un hombre que deja lo que le mata y se vuelve hacia quien es su Vida. Y así como el que se vuelve al sol necesariamente es iluminado, así también quien vuelve a mirar a Dios es vivificado.
* Salmo 129: La auténtica reconciliación no sólo lleva a perdonar las faltas de quienes nos hayan ofendido, sino que debe llevarnos a dar al olvido todo aquello con lo que fuimos dañados por los demás. Cuando Dios nos perdona en verdad olvida nuestras culpas y se alegra porque hemos vuelto a Él y nos recibe como a hijos suyos, sentándonos nuevamente a su mesa y calzando nuestros pies con sandalias nuevas para convertirnos nuevamente en testigos suyos en los caminos del mundo. Confiemos siempre en el amor del Señor y en su misericordia. Pero, al mismo tiempo,aceptemos el compromiso de dar a conocer a los demás lo misericordioso que Dios ha sido para con nosotros para que también ellos vuelvan al Señor y experimenten su amor.
* Evangelio: Dejamos la palabra a San Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte) doctor de la Iglesia, en el Sermón 211, 5-6; SC 116, pag. 169
“Ve y reconcíliate con tu hermano”
“Hermanos, que no haya desavenencias entre vosotros en estos días santos de Cuaresma. ...Tal vez, en el pensamiento os decís: “Quiero hacer las paces, pero es el hermano que me ha ofendido...y no quiere pedir perdón.” ¿Qué hacer entonces?... Hace falta que se interpongan entre vosotros unos terceros, amigos de la paz... En cuanto a ti, sé pronto para perdonar, totalmente dispuesto a perdonarle su falte desde el fondo del corazón. Si estás del todo dispuesto a perdonarle la falta, de hecho, ya le has perdonado.
Aun te falta orar: ora por él para que te pida perdón porque sabes que no es bueno para él no hacerlo... Di al Señor: Tú sabes que yo no he ofendido al hermano...y le perjudica haberme ofendido; en cuanto a mí, te pido de corazón que le perdones.”
Esto es lo que tenéis que hacer para vivir en paz con vuestros hermanos..., para celebrar la Pascua con serenidad y vivir la Pasión de aquel que no debía nada a nadie y que, no obstante, ha pagado la deuda por todos, Nuestro Señor Jesucristo que no ha ofendido a nadie y, por así decirlo, ha sido ofendido por todo el mundo. No ha pedido castigo sino que ha prometido recompensas... A él mismo le hacemos testigo en nuestro corazón: si hemos ofendido a alguien, vamos a pedir perdón; si alguien nos ha ofendido, estamos dispuestos a perdonar y a orar por nuestros enemigos”.
Oración final:

Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento, para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Archivo del blog