En la vida hay muchos momentos
especiales y bonitos, especialmente el encuentro entre dos personas que se
quieren. En la primera lectura podemos ver la hermosura de este encuentro,
seguramente se refiera a Dios e Israel, su pueblo. Pero podemos leerlo como un
diálogo entre nuestra alma y Dios. En el Evangelio, hoy el Señor nos regala
otro de los encuentros humanos más bonitos. María visita a su prima Isabel,
esta visita ya inspira toda una campaña de verano. Pero hoy quizás nos quiera
enseñar otra cosa, el encuentro. En este encuentro, Isabel rasga cualquier
apariencia y descubre a Dios en María. A lo largo del día nos encontraremos con
mucha gente, vamos a pedirle a Dios que nos ayude a rasgar las apariencias y
descubrirle en cada persona. Hacer de cada encuentro, un encuentro con Dios.
María, ejemplo de desaparecer amando,
enseñamos a ver a tu hijo en cada persona que nos encontremos.