Ayer la Iglesia nos presentaba a
nuestra consideración, el primer testigo de la fe en el Hijo de Dios, y las
consecuencias de este testimonio: el martirio.
Hoy nos presenta a S. Juan Apóstol y
Evangelista, el segundo testigo cualificado de la luz que es Jesucristo…
El primero aparece derramando su
sangre.
El segundo viviendo en amor virginal,
hasta el martirio blanco…
Cuando uno ora sus vidas, no sabe con
quién quedarse, pues lo que aporta uno, lo complemento el otro…
Hoy podía ser un día muy bonito para
plantearnos en nuestra oración personal, la transcendencia de nuestro martirio
blanco, que es castidad en un mundo de sensualidad…
Hoy más que nunca, se nos pide ser
testigos blancos de Cristo, pero nos surge de inmediato la pregunta: ¿Cómo
lograrlo? ¿Cómo conseguirlo? ¿Cómo
alcanzar semejante gracia?
Si miramos al apóstol S. Juan quizás
encontraremos algunas claves válidas para lograrlo.
1. Cristo lo llama estando en su vida ordinaria, laborando… Momento presente…
2. Sigue al Maestro a la primera insinuación de su llama, y
lo hace dejándolo todo… Generosidad…
3. Aun siendo el más joven del grupo de los doce, es capaz de
captar lo que los otros, con mayor edad, no logran alcanzar…Profundidad de
pensamiento…
4. El acto más audaz de su vida fue el reclinar su cabeza en
el pecho del Señor en la última cena. Esto no lo improvisa en ese momento de su
vida, supone ya en él, el haber tenido un nivel de intimidad y confianza con
Jesús notable. Amor.
5. Es curioso, que aun siendo el más joven, será el único de
los doce que estará al pie de la Cruz. Confianza
audaz.
6. No habiendo otro..., e insisto, siendo el más joven...,
Jesucristo le entrega a su Madre, y en él a todos los demás...; y es que de los
que son pequeños es el Reino de los Cielos… María será para él un trocito de
Cielo en la tierra… Mariano.
Y así, te animo a seguir ponderando su vida
en tu oración de este día, sopesando
estos u otros valores que tú puedas descubrir en él..., y de este modo te
animes a vivir hoy, en el mundo contemporáneo, tu martirio blanco bautismal…
¡Feliz y santo día del Apóstol
virgen!