Para todos los militantes hacer la
oración hoy debería de ser
muy fácil. Como hoy y todos los días uno tiene que disfrutar en la oración y
elegir una composición de que le ayude. Al ser día de preparación de la fiesta
de la Inmaculada, nos podemos buscar un lugar significativo para nosotros donde
nos encontremos con la virgen a solas, sin que nada ni nadie nos distraiga.
Propongo varios lugares que para mí han tenido especial importancia este año,
año cargado de misericordia.
Yo me iría al pie de la virgen de
Gredos, donde uno se siente tan pequeño, se aísla totalmente de todo, porque
todos lo hemos experimentado. Gredos tiene ese ambiente de los grandes centros
de oración, donde te inunda el silencio, la soledad te sobrecoge, te quedas a
solas con el Señor o con la Virgen de una manera tan real, tan palpable, que el
contacto con lo sobrenatural se hace natural.
Los que estéis en el hogar de Madrid,
donde tenemos la Virgen tan querida para nosotros y delante de la cual hemos
hecho tantas veces los compromisos, os podéis acercar a sus pies, guardar
silencio, quedarse muy quieto y saborear su cercanía.
Los que fuimos a Cracovia y rezamos
delante de la virgen de Czestochowa el rosario con las letanías que
compusimos en Gredos, meternos junto al icono de la Virgen.
¿Y, qué hacer o meditar? Pues primero
ser conscientes de los acontecimientos que celebramos este año. Año de la
misericordia, 25 aniversario de la entronización de la virgen en el Circo de
Gredos, JMJ… Recordar las vivencias que tuvimos en Gredos: la aparición
majestuosa del circo al llegar al mirador, la sensación de volver a casa, a los
brazos de la Virgen; el buen ambiente, la comunión entre los militantes de
todas las edades, la misa, los ratos de oración, las intenciones que a sus pies
pusimos, la renovación que hicimos de deseos y compromisos… Cada uno sabe de
qué hablo con la Virgen. Está claro que se nos removió todo por dentro. Allí
dejamos también como cada año nuestros nombres. También en Polonia dejamos
todas nuestras ilusiones a sus pies.
Una vez que estemos cerca y a solas
con la Virgen, no parar de darle gracias, porque ella sí que ha cumplido su
compromiso de ser madre nuestra y comportarse como madre. Ella es la que es
fiel en su compromiso y yo a pesar de mis infidelidades sigo siendo hijo muy
querido. Cuántas gracias me han sido derramadas y de las que no soy consciente.
Gracias madre porque no te merezco y
tú me sigues queriendo y dándome fuerzas. Yo quiero renovar este año de nuevo
los compromisos, como militante, como cruzado. No me dejes, no me abandones,
renueva tú las fuerzas, intercede ante tu hijo. Es día de grandes ilusiones,
pedir a la virgen cosa grandes, no nos conformemos con pequeñeces, ella está
deseando de lanzarnos a la santidad. Acordarnos de aquellos militantes que
están pasándolo mal, pedir por ellos. Cuando uno está bien, es el momento de
aprovechar esa ilusión, esa ventolera del Espíritu para desplegar velas y tirar
de la nave. Este año que hemos vivido la campaña de la inmaculada de manera
especial, que recuperamos la ilusión de la Vigilia, recordar a aquellos que
podemos invitar, acercar a la Virgen, que luego sabemos lo ilusionados que
salen. Unidos a tantas contemplativas que estarán pidiendo por nosotros.
Ya veis que la oración debe ser el
momento para ilusionarnos al contacto de la Madre y el Hijo.