17 junio 2019. Lunes de la XI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Pedimos lo primero la asistencia del Espíritu Santo. Hace poco que hemos celebrado su festividad. Le pedimos que haga nuestro corazón semejante al de su Hijo. Hoy, todos los días en la oración podemos decir con la primera lectura, es el día de la salvación. Su gracia se derrama continuamente sobre sus hijos. Él sólo nos pide que se lo pidamos, que no es otra cosa que nos sintamos sus hijos, que le tengamos como padre. Qué cosa tan sencilla podemos decir, pero a la hora de la práctica de la vivencia de la fraternidad, de las relaciones íntimas cotidianas, esta realidad se difumina de nuestra memoria. Cuánto nos cuesta perdonar. Lo posponemos, no lo queremos ni recordar. Echamos en saco roto la gracia de Dios. ¿Damos motivo de escándalo?
Este mes del corazón de Jesús tendría que darnos pie a contemplar su corazón herido por nuestros pecados, a darnos cuenta hasta donde se abaja el amor. Porque yo cuando tengo que perdonar, mi corazón es de piedra. Me doy cuenta de que su amor se desborda, no solo pone de nuevo la mejilla, da otra capa más... No. Muere en la cruz, se deja atravesar el corazón. Señor, qué lejos estoy, no podrás hacer el milagro.
Necesitamos pedir el milagro, no sólo por nosotros, sino porque el mundo necesita ver otros Cristos, necesita de testigos. A veces pienso que la mediocridad se va instalando en los cristianos y no atraemos. El cristianismo que proponemos no seduce. Quizás, ¿será este el escándalo que no podemos dar?
El Señor ha dado a conocer su victoria a todos los confines de la Tierra, ¿Y tú?

Archivo del blog