La antífona de entrada nos introduce en
la oración. “Surgió un hombre enviado por Dios que
se llamaba Juan, este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para
prepararle al Señor un pueblo bien dispuesto”.
Cuántas lecciones nos da Juan, el
precursor, el que va preparando los caminos del Señor, pero no por capricho o
placer, sino porque sabe que es ENVIADO POR DIOS, porque sabía lo que quería y
quería lo que sabía: DAR TESTIMONIO DE JESÚS Y PREPARAR UN PUEBLO BIEN
DISPUESTO. Ésta es mi misión en mi trabajo, familia, movimiento…
Gracias, mi Dios, por elegirme,
enviarme, ayudarme a vivirlo, COMO JUAN.
El Señor me llamó desde el seno materno,
desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. (Is 49, 1-6)
Está clara la llamada, no ha sido una
casualidad, accidente…Desde toda la eternidad, desde el seno materno, soy amado
por Dios, existo porque soy amado y para amar, llevar la luz a todas las
naciones, procurar la salvación hasta los confines de la tierra.
Gracias, nuevamente, por tal vocación y
misión.
· “¡Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de
mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable! (Salmo
138)
¡Qué
delicia de salmo! Saboréalo despacio y agradece. Parece que el Señor me
escanea, me sondea, me hace la película de mi vida…Cuánto me ama Dios.
Meditación para alcanzar amor.
· “Después de Mí viene aquel a quien yo no soy digno de
desatar las sandalias'”. (Act 13,22)
¡Qué
grande es el Bautista por su humildad, su sencillez! Sabe que su misión es
desaparecer para que Jesús tome el protagonismo. Hay que apartarse para que Èl
crezca.
· "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la
mano del Señor estaba con él” (Lc 1,57)
Los hechos portentosos que rodean el
nacimiento del Bautista no les deja duda de estar ante un gran profeta. Se
palpa que la mano del Señor está con él. Juan es camino para el Camino, verdad
para la Verdad, vida para la Vida. ¡Cuántas enseñanzas! Hazme, Señor otro Juan
Bautista, que sepa preparar todo para el Señor.