Hoy es domingo de Pentecostés. Hoy es el
día que celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles del Señor,
sobre la primera comunidad cristiana. Hoy también celebramos la venida del
Espíritu Santo sobre nuestra propia comunidad cristiana. Por eso, hoy es un día
para hacer un rato de oración meditando la secuencia al Espíritu Santo. Esa
bella oración que se recita antes del evangelio y que nos muestra,
- TODO LO QUE ÉL ES: Padre amoroso, don, espléndido, luz, consuelo, dulce,
descanso, brisa, gozo.
- Y TODO LO QUE ÉL HACE en nuestras almas: Reconforta, enriquece, alienta,
riega, sana, lava, infunde calor, doma, guía, salva.
Hoy en la oración colecta, la Iglesia
pide al Espíritu Santo que realice en el corazón de sus fieles aquellas
maravillas que realizó en los primeros cristianos. Hoy es el día en que el
Espíritu nos concede todo aquello que necesitamos para vivir nuestra fe en
medio de un mundo que no cree, y para ser sus discípulos llevando la buena
nueva a todos los confines de la tierra.
¿Qué no tienes ganas? ¿Qué no te
encuentras con fuerzas? ¿Qué tienes miedo y no sabes cómo hacer? ¡Fenomenal!
Porque estás en la misma disposición que los primeros discípulos cuando
esperaban con las puertas cerradas, no sabían muy bien qué esperaban. Nosotros
ahora sí que sabemos muy bien qué supone la venida del espíritu Santo. La
lectura de los hechos de los apóstoles nos da algunas claves:
- Que sucedió al cumplirse el día, es decir, que es el cumplimiento de una
promesa, la que hizo Jesús cuando ascendió a los cielos. Es la confirmación de
que las promesas de Dios se cumplen.
- Que sucedió estando todos juntos en el mismo lugar. Es decir, que el
Espíritu se derrama estando la comunidad cristiana reunida.
- Que fue de repente. De manera súbita, casi imprevista, explosiva.
- Que llenó toda la casa. Que su fuerza inunda todos los ámbitos de nuestra
vida y llega hasta el último rincón de nuestro ser.
- Que se posó encima de cada uno de ellos. Es decir, que se derrama estando
todos juntos, pero actuando sobre cada uno en particular, como ser íntimo y
personal que es.
- Que empezaron a hablar en otras lenguas y que todos les entendían. Un nuevo
lenguaje aparece en escena, un nuevo lenguaje que es entendido por todos independientemente
de su lengua de origen Y este lenguaje no es otro que el lenguaje del amor.
- Y, por último, que este se manifestaba en cada uno según el Espíritu les
concedía manifestarse. Es decir, que a pesar de su fuerza no anula a la persona
ni le quita su libertad. En cada uno se manifiesta con las características y
peculiaridades que le son propias y que le configuran como ser único e
irrepetible.