Espero que te ayuden estas palabras que
te pongo a continuación para llevar a cabo con fruto este rato de oración.
Sería bueno, si es posible, que realices tu rato de oración delante de Cristo
en la Eucaristía. Si no es posible porque no cuentas con esta posibilidad, dedícale
este tiempo al Señor en la soledad acompañada por Él.
Empezamos nuestra oración invocando al
Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego
de tu amor”.
Este mes de junio estamos celebrando el
mes del Sagrado Corazón de Jesús. Y de manera especial hay un aliciente más
para aumentar nuestra fe y alabar más al Señor; celebramos el primer Centenario
de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Dios es fiel, vive
con nosotros y como dice en el propio monumento del Cerro de los Ángeles: Reino
en España.
En este día te sugiero que reces y
medites, en la presencia de Dios, la oración del Padrenuestro. Jesús nos enseña
a rezar. Nos dice que no hace falta dirigir grandes discursos a Dios como
intentaríamos hacer ante cualquier rey que nos invitase a hablar delante de él.
Dios es sencillo, y con esta sencilla oración Jesús nos da la clave para hablar
y dirigirnos al Padre.
“Padre nuestro”- ¿te reconozco a ti Dios como padre?
“Santificado se tu nombre”- ¿te amo sobre todo y santifico tu nombre?
“Venga tu reino”- ¿de verdad quiero que tú Padre reines en mi vida? ¿o
eres el segundo plato?
“Hágase tu voluntad en la tierra como en
el cielo”- Padre que se haga tu voluntad, sólo
así podré ser feliz. Ayúdame a aceptar lo que quieres de mí.
“Danos hoy el pan nuestro”- Padre te pido que no me abandones y me ayudes en mis
necesidades y en las de los que me rodean.
“Perdónanos nuestras ofensas, pues
nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido”- Perdona Padre las ofensas y pecados que cometo
contra ti y que tanto entristecen tu corazón. ¿Perdono y olvido el mal que me
hacen otros? Padre, enséñame a perdonar y tener un corazón sencillo.
“No nos dejes caer en tentación, sino
líbranos del maligno”- Ayúdame Padre a no caer en las
tentaciones del Maligno. Él quiere que me haga daño haciéndote daño a ti. No
permitas Padre que me aparte de ti.
Le pedimos a la Santísima Virgen nuestra
Madre que nos lleve de la mano y nos conduzca a la llaga del costado abierto de
Jesús, y así con ella, entremos en su Sagrado Corazón.
Sagrado Corazón de Jesús que reinas en
España, reina también en mi corazón.
“Sagrado Corazón de Jesús en vos confío,
Inmaculado Corazón de María sed mi salvación”.