14 febrero 2020. Santos Cirilo y Metodio, patronos de Europa – Puntos de oración


Reservo mi tiempo especial para el Señor. Ofrezco mi día.
La palabra de Dios transforma vidas. A veces la palabra llega al corazón. Eso le ocurrió a los primeros cristianos. Nos puede pasar a nosotros si creemos en el amor de Dios.
El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad.
Todos somos pobres y necesitamos la pobreza espiritual para llenarnos de Dios.
Id al mundo y proclamad el evangelio.  Vamos al mundo para anunciar el evangelio. Pedirle al Señor fuerza para en este día poder anunciar el evangelio.
El otro día le decía a un conocido jubilado: Qué bonito seria que, durante tu tiempo en la mañana, pudieras dedicar un tiempo a Dios, participando cada día en la misa. Te daría fuerzas y tendrías paz. Me dijo: agradezco esto que me dices y lo tendré en cuenta. Creernos que somos apóstoles, anunciadores de Jesús. Todo cambio comienza por el toque del corazón.
Pidamos de una manera especial por nuestro continente europeo en este día que celebramos la fiesta de estos grandes santos, Cirilo y Metodio.
Dentro de los recuerdos que he recopilado de Abelardo, te ofrezco algunos versos que nos decía en los Ejercicios Espirituales.
Qué bien se está contigo, Señor

¡Qué bien se está contigo,
Señor, junto al Sagrario!
¡Qué bien se está contigo…!
¿Por qué no vendré más?
Desde hace muchos años
vengo a verte a diario;
y aquí te encuentro siempre,
-Amante solitario-,
solo, pobre, escondido,
pensando en mí quizás…
Tú no me dices nada,
ni yo te digo nada…
¡Si ya lo sabes todo
qué te voy yo a decir!
Sabes todas mis penas,
todas mis alegrías,
sabes que vengo a verte
con las manos vacías
y que no tengo nada
que te pueda servir…
¿A dónde voy, Dios mío,
cuando a mi Dios no vengo?
Si Tú me esperas siempre,
si a Ti siempre te tengo;
¡si jamás me has cerrado
las puertas de tu amor!
Por otros, se recorren
a pie largos caminos,
acuden de muy lejos
cansados peregrinos
o pagan grandes sumas
que no han de recobrar…
Por ti, nadie pregunta,
de ti nadie hace caso,
aquí si alguno entra
solo es como de paso.
Aquí eres Tú quien paga
si alguno quiere entrar…
¡Qué bien se está contigo!
¡Qué bien se está, Señor!

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